Flowers

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Flowers.


Naruto siempre había sido un chico despistado. Es decir, a sus 25 años aún dependía mucho de sus padres o amigos, no por situaciones de dinero o libertinaje, si no, que en ocasiones era demasiado torpe consigo mismo.

Trabajaba en una buena empresa, con un puesto bien remunerado y aunque en ocasiones sentía que algunos compañeros lo miraban con recelo por su reciente ascenso, tenían un excelente ambiente laboral.

Sakura era su mejor amiga, lo cuidaba mucho de malas situaciones, principalmente de alfa territoriales. Es decir, ella es una alfa, pero ya tiene tiempo que se enlazó con su media naranja... o medio limón, ellas eran un dolor de cabeza juntas.

No evitaba que siempre le ayudara con situaciones adversas. La mayoría de sus conocidos pensaban que era un beta, y quería que todo mundo lo creyera hasta el fin de sus días. Los omegas eran demasiado cotizados y por no decir excluidos por la sociedad. A ningún afa le gustaba que su Omega saliera de casa, su instinto iba en contra de eso. Por eso es que siempre llevaba sus inhibidores encima.

Y Sakura se encargaba de todo lo demás.

Sasuke siempre se había considerado un dominante con las cualidades suficientes para ganar cualquier batalla, pero aquel ser de luz era todo un espécimen diferente de conquista. Y es que todos sus acercamientos eran interrumpidos por la fémina de cabellos rosas o porque su ingenuidad era demasiada.

Pero después de tener una charla consigo mismo y su instinto, había pensando que la mejor manera de llegar a su corazón, era en ese mismísimo año ¿a quién no le gustan las cosas románticas? Debía de admitir que a él no, pero no significaba que el contrario pensara igual.

Así que le había ordenado un gran y magnífico ramo de flores para ese día. El aroma era muy tenue del rubio, pero sabía que olía a una combinación de vainilla, girasoles y cítricos. Por ello, que había elegido un hermosos ramo de girasoles como regalo, la nota que le había dejado demostraba un amor romántico y sincero.

- Los quiero a todos en la sala de juntas a las 10:00 - comentó cuando ingresó a la oficina. Se caracterizaba por ser frío y preciso con sus empleados, porque era el próximo heredero de ese imperio.

La florería estaría entregando el regalo a esa hora, el rubio tendría la oportunidad de disfrutar su arreglo sin que otros chismosos (como lo era cierta fémina) estuvieran atentos para atosigarlo. A pesar de que no dejaba su nombre, sí ponía sus iniciales para darle una pizca de misterio.

Casi como un enamorado secreto.

El chico había sido uno más de sus empleados, hasta que hace ocho meses se toparon por azares del destino solos en el elevador. No iban al mismo piso, por supuesto que no, Naruto estaba en un jerarquía mucho menor; sin embargo, fue la primera vez que tuvieron un momento a solas.

A Sasuke le dolía la cabeza, estaba estresado por unos problemas de aduanas y compras que ninguno lograba resolver. A pesar de que iba empezando el día, quería que terminara a la brevedad posible. El menor que estaba delante de sí venía mirando (si no se equivocaba) su instagram, solo por segundos envidiaba ese tipo de ignorancia. Estaba seguro que el idiota de cabellos rubios ni siquiera notaba que el casi dueño de la compañia estaba detras de él.

Carraspeó, solo para molestarlo. El contrario pegó un pequeño brinco y giró a mirarlo, inmediatamente, el rubio le hizo una reverencia corta mientras le sonreía nerviosamente de oreja a oreja.

- Uchiha-san, buenos días 'ttebayo.

Tal vez, solo tal vez, su tenue aroma se coló por su estado de nerviosismo, pero su instinto fue capaz de percibir el olor a vainilla con cítricos. Era una combinación inusual, pero se sintió como encandilado mientras su dolor de cabeza paró al instante; sus fosas nasales se estiran buscando un poco más... obteniendo la fragancia de los girasoles, sintiendo una caricia suave muy dentro de sí.

- Este es mi piso, h-hasta luego... - musitó para casi correr fuera de su alcance.

Era como si su día de mierda se hubiera convertido en uno soleado y lleno de color ¿qué diablos había sido eso? Sasuke lo investigó por dos meses más, concluyendo que era el destino. No pasó mucho para que el rubio fuera ascendido a su piso, donde pudiera tenerlo a la vista y oler su aroma para tranquilizarse cuando tuviera un mal día.

Tardó otros cuatro meses en saber lo que significaba y otros dos más en entrar en razón. Esos ochos meses le habían dado la oportunidad de conocer al rubio y saber si lo que sentía era un sentimiento verídico o algo simplemente creado por su aroma. Al final, supo que eran la combinación de ambos.

Así que iba a conquistar a ese rubio cabeza hueca.

La mañana del mes de agosto avanzó como cualquier otro día, documentos que firmar, correos que leer y miraditas indiscretas para un omega de ojos azules. Agradecía que la parte delantera de su oficina fuera de vidrio templado; tenía la vista perfecta delante de él. En ocasiones creía que un rayo de luz iluminaba perfectamente la cabellera del chico, haciendo una ilusión de un baño de oro.

Se despabiló cuando el teléfono sonó, Temari le anunciaba que todo estaba preparado para la junta. Se puso de pie mientras se acababa el saco de su traje y peinaba sus cabellos en un movimiento de cabeza; cuando llegó a la sala ya estaban todos reunidos, no quedó otra más que iniciar.


...


- Es un imbécil.

No era de los que lloraban por esas cosas, pero había sido imposible que sus ojos no se pusieran acuosos cuando alguien de su mismo trabajo había intentado matarlo ¡sí, matarlo! claramente era un intento de homicidio y lo reportaría a Recursos Humanos, todos los que compartían oficina en esos cómodos cubículos sabían que era alérgico a las rosas.

Trató de no hipar para que la gente no sintiera lástima por él, como odiaba ser el centro de atención por esas cosas. No valía la pena llorar, aunque sus lágrimas de coraje e impotencia no parecían opinar igual.

- Probablemente no lo sabía, Naruto-kun - comentó una de sus compañeras a su lado mientras le daba leves palmadas en la espalda.

- ¿Y por qué diablos pondría "para Nabruto"? - contestó molesto cuando otra lágrima escapó de sus ojos azules.

- Fue ese maldito de Sai - soltó Sakura al ver la nota entre las flores, era el único U.S. que conocía "Umino Sai".

-¿S-Sai? ¿De c-contabilidad? - preguntó Hinata con bastante incertidumbre.

- Sabía que era un rarito, pero no pensé que llegaría a esto por el problema de la copiadora 'ttebayo - De verdad que se habían enemistado por ello, pero jamás a sus 25 años imaginó que sería a tal grado de verdad desearle un mal. Se secó las pocas lágrimas que habían salido de sus ojos y se planteó irle a partir la cara a ese imbécil, pero Sakura lo detuvo.

- Iremos a Recursos Humanos, es lo mejor.

-Pero ¡Casi me mata 'ttebayo! ¡Quiero venganza!

-¿Quieres hablar más bajo? Para medio día todo mundo sabrá que ahora tú intentas matarlo a él, iremos a Recursos Humanos.

-Irimis a Ricirsis Himinis - se burló con cinismo mientras lamentaba que su amiga no fuera tan imprudente como él.

Cuando Sasuke salió de la junta no tardó en enterarse que Sai Umino había intentado matar a Naruto Uzumaki con unas rosas, además de burlarse de su nombre con un extraño apodo. No era la primera vez que se quejaban en RH por los pésimos y ofensivos apodos que creaba para sus compañeros.

Era una lástima que ese imbécil fuera un primo lejano, de esos que no podías despedir, pero por lo menos suspender por unas semanas sí.




...


Hello, people!

Sólo serán pequeños capítulos entre romance-comedia para festejar este San Valentin a mi adorada pareja. Espero que los disfruten.

Dejen votitos 😊

SoulmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora