Mi vida

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"Esther despertó una mañana típica en su pequeño apartamento en Nueva York. Después de asearse y vestirse, bajó las escaleras y salió a la calle.

El aire frío le golpeó la cara, y notó que estaba un poco neblinoso. Miró a su alrededor y vio que el cielo estaba nublado, pero Aunque el clima era un poco frío y drecho, Esther siguió caminando hacia su trabajo. Su paso era firme y seguro, como si fuera capaz de enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

La ciudad bullía a su alrededor, pero ella se mantenía enfocada en su objetivo: llegar a la escuela donde trabajaba

Caminó a lo largo de una calle lateral, hasta llegar a una pequeña plaza. Al doblar la esquina, vio su escuela enfrente de ella. Era un edificio de ladrillo rojo, con ventanas estrechas y numerosos arbustos y árboles en su entorno. Subió las escaleras de cemento hasta la puerta principal y la abrió, entrando a la escuela. La sala de profesores era tranquila Esther cruzó la sala de profesores y dirigió sus pasos hacia su despacho.

Era un espacio pequeño, pero acogedor, con libros en los estantes y una mesa de trabajo. Se sentó en su escritorio y comenzó a organizar sus tareas del día. En ese momento, uno de sus compañeros de trabajo se asomó por la puerta. "Hola, Esther, ¿cómo estás?" dijo un colega.

"Hola, Juan," dijo Esther con una sonrisa. "Todo bien, solo tratando de empezar el día con todo lo que tengo pendiente." Juan se asomó más dentro del despacho y dijo: "Oye, creo que necesitamos hablar sobre la reunión que tendremos con el director de la escuela esta tarde." Esther levantó la cabeza y miró a Juan, con una mirada preocupada. "¿Por
"No me digas que hay problemas," dijo Esther, con un tono ligeramente ansioso. Juan sonrió, tratando de calmarla. "No, nada malo. Es solo que hay unas ideas nuevas sobre el programa de estudios, y el director quiere hablar con todos los profesores."

Esther suspiró, aliviada. "Bueno, eso no suena tan mal. ¿Es una reunión formal o solo una conversación?"
Pues, por lo que tengo entendido, será una reunión informal," respondió Juan. "La idea es presentar algunos nuevos materiales y programas, y obtener el feedback de los profesores. ¿Qué te parece?" Esther asintió.

"Pues, parece bien. Siempre es importante tener una línea de comunicación abierta con los profesores, y esto suena como una buena manera de hacerlo luego de terminar de charlar Esther siguió apresuradamente con sus tareas se quedó dormida y entre sueños se quedó fantasiando se despertó cuando sintió que estaba mojada.

Cuando ya se había dado cuenta ya era hora de comenzar su lavor y no podía entrar de es manera por lo cual fue a la oficina del director y consiguió un permiso para irse.

Cuando llego a su casa lo primero que hizo fue ducharse y relajarse..

Al terminar  sintió un peso sobre sus hombros. Se sentía agotada, físicamente y emocionalmente. Era una sensación que había estado experimentando con más frecuencia últimamente. Miró a su alrededor y vio las estanterías llenas de libros y los muebles de madera oscura, que parecían solidos y duro como piedra.

Aunque el apartamento, es pequeño, era cálido y acogedor. Pero a pesar de sus esfuerzos por hacerlo acogedor, Esther no se sentía en casa. Sintió que tenía que hacer algo, pero no sabía qué era. Miró a su alrededor y vio un sofá junto a la ventana. Se dejó caer sobre el sofá y se quedó inmóvil, tratando de procesar sus sentimientos.

Mientras permanecía sentada en el sofá, pensando en lo mucho que había cambiado su vida en los últimos años. Se sentía perdida y sin dirección. Había estado trabajando duro, y había alcanzado un cierto nivel de éxito en su carrera, pero no le parecía suficiente. Se preguntaba si estaba haciendo lo correcto con su vida. Se preguntaba si al pasar el tiempo todo mejoraría.

Al..final del día, todo lo que había hecho en su vida valdría la pena. Se preguntaba si había dejado pasar algunas oportunidades, o si de alguna manera había desperdiciado su tiempo. Estaba deseando encontrar una dirección, pero sentía como si hubiera perdido su rumbo. Durante un rato, permaneció allí, con sus pensamientos dando vueltas en su cabeza y Finalmente, se levantó del sofá y decidió salir a caminar.

Se dirigió a un bar cercano, que era un lugar tranquilo y familiar. Subió los escalones del bar, abrió la puerta y se encontró con la calidez y la luz de la barra iluminada. Caminó hasta el mostrador y se sentó en uno de los taburetes. Había algunas personas sentadas en otros taburetes, charlando y tomando una Bebida.

El barman se acercó a ella y le preguntó qué quería. "Sólo una cerveza, por favor," dijo Esther. Mientras esperaba por su cerveza, miró a su alrededor. Era una atmósfera relajante, con música suave de fondo y conversaciones animadas. Observó a las personas sentadas alrededor.

Buena noche. Un hombre y una mujer sentados a unas mesas de distancia estaban riendo a carcajadas, y a Esther le sonrió ver a una pareja pasándolo tan bien. Una mujer mayor, sentada solo en un rincón, parecía perdida en sus pensamientos. La joven barmana, con un tatuaje en el brazo, estaba sirviendo bebidas a un grupo de hombres al fondo del bar, De repente un hombre joven entró al bar

. Era alto y delgado, y tenía una mirada franca y una sonrisa encantadora. Iba vestido de manera informal, con una camisa azul y pantalones caqui. No parecía ser una persona local, y a Esther le pareció que era nuevo en la ciudad. El hombre se acercó al mostrador y pidió una cerveza.

Mientras esperaba, el hombre sonrió al barmana. Ella se rió de alguna broma que hizo, y él le ofreció una cerveza también. Ella la rechazó educadamente y continuó atendiendo a los clientes. El hombre se sentó en un taburete frente a Esther.

Ella no lo miró, pero sintió que su presencia era cálida y agradable.

El hombre se reclinó en el taburete y miró a su alrededor. Apretó la botella de cerveza con las manos, como si fuera un recordatorio de la realidad. Parecía como si fuera pensativo y profundo. Después de unos minutos, miró a Esther y sonrió de nuevo.

"Hola," dijo. Ella le devolvió la sonrisa. "Hola," respondió. "Me parece que nunca te he visto.

Esther iba vestida con un hermoso vestido negro y unas sandalias negra con tacón. Llevaba el cabello ondulado y caído sobre sus hombros. Parecía tener un tono bronceado natural, como si hubiera pasado mucho tiempo al aire libre.

- Sus ojos eran de un verde claro y penetrante, y su sonrisa era cautivadora. "¿Estás pasando una buena noche?" preguntó el hombre.

Creo que la noche es fantástica por qué estás tú aquí. El hombre que se sentó frente a ella la miraba con interés, y sus ojos la recorrían desde la cabeza hasta los pies. Ella se sentía observada, pero no incómoda. Algo en la mirada del hombre le hacía sentirse atraída hacia él, y no pudo evitar preguntarse cómo el puede ser tan sexual .

Me incline para besarlo , y dije los tragos se me subieron a la cabeza.

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