Destino: héroe y espada

Dies Irae: parte 7

Nerón Claudio.

Desde el momento en que Jircniv la conoció, tuvo la sensación de que ella era más de lo que parecía ser. Al principio, ese sentimiento de intriga y misterio lo atrajo hacia ella, pero cuanto más observaba, más cautivado quedaba.

Todas las rosas tenían espinas, y si se tratara de belleza, Nerón sin duda estaría en la cima. Sin embargo, no era simplemente belleza lo que poseía, sino una perspicacia y una forma de pensar para guiar y cautivar a las personas que no tenían comparación.

Pensó que era una habilidad exótica adquirida en su autoproclamada profesión de bailarina y artista, pero mirándola ahora, claramente era más que eso.

Ella ardía más que cualquier llama en medio del campo de batalla.

"¡Formación de cuña!" Nero gritó, las llamas de su espada se encendieron en una señal que lanzó hacia el cielo.

El Imperio Baharuth contaba con una capacidad militar superior a la de cualquier reino cercano después de las reformas de Jircniv y la sangrienta purga. La habilidad sobre la sangre era el lema de Jircniv, y su Imperio floreció gracias a ello. La represión por parte de la nobleza cesó y se creó un fuerte comando central por miedo a la ira de Jircniv, pero aun así, siempre estuvieron agradecidos por su misericordia.

Los miles de huérfanos, oprimidos y agraviados que fueron patrocinados por las políticas de Jircniv se entrenaron fácilmente con los sabios y nobles caballeros más sabios del Imperio.

A la llamada de Nerón, las caóticas líneas del ejército interrumpidas por la perturbación de los demonios fueron rápidamente puestas en orden mientras los ejercicios obligatorios obligaban al cuerpo a ponerse en piloto automático. Amigos y enemigos fueron rápidamente restablecidos en líneas de combate con el ejército del Reino Re-Estize mirando estupefactos.

Las tropas con armadura ligera de Baharuth avanzaron, creando la punta de una flecha, mientras que las tropas pesadas siguieron desde atrás y se extendieron por los flancos izquierdo y derecho (-^-).

Los demonios se habían reagrupado mientras Sasaki, Brain y Musashi se ocupaban de sus líderes, pero ¿quién era mejor en la guerra medieval que Nero?

"Tropas ligeras adelante - ¡Carguen!" Ordenó Nero, la energía mágica ardió a su alrededor y tomó la forma de rosas rojas flotantes.

Nero lanzó una de sus habilidades únicas de mejora en toda el área.

Las rosas rojas tocaron las armaduras del ejército del Imperio y al instante crearon un manto rojo efímero de las Legiones Romanas.

'Flores a la Tierra.'

Reforzada, la infantería ligera que formaba la punta de la cuña se convertiría en la lanza afilada que atravesaría la formación enemiga.

Con un resonante sonido metálico, los caballeros y la infantería hicieron contacto con los desorientados demonios de bajo rango, causando una confusión masiva.

Los humanos eran inherentemente débiles. Incluso los parámetros básicos del demonio de nivel más bajo los superaban con creces, pero en este caso, la energía mágica que unía la armadura y las armas del ejército era altamente efectiva.

Los ojos de un soldado se abrieron cuando su espada atravesó el hombro de un demonio hasta la cadera en un solo golpe, las filas de muertos vivientes que siguieron después, igualmente frustradas. Con manos temblorosas, el soldado miró a Nero, tragó y luego reafirmó su determinación. "¡Por la gloria del Imperio!"

Jircniv observó todo lo que sucedía desde lejos, notando cuando los ojos de Nero se entrecerraron.

Las tropas ligeras se estaban dejando llevar demasiado por su frenesí y corrían el riesgo de quedar aisladas.