Parte 3: Día 8 - Celos

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Yo nunca seré tan bonita como ella...


Suspiraba Caroline mirándose al espejo una última vez, antes de dirigirse a Mystic High. No sabía cuántas veces lo pensaba justo antes de salir cada día, pero algo se había activado en su conciencia desde que podía recordar.

Siempre había sido así, no sabía si sentirse del todo culpable por pensar en ello todo el tiempo, cavilaba la muchacha mientras caminaba hacia la escuela, pero qué más daba, era esto o condenarse a una adolescencia solitaria, sin amigas, por el resto de su proceso escolar y quizá hasta la universidad.

No veía la hora de poder graduarse al fin y descubrir si era alguien digna de ser amada o admirada como todo el mundo lo hacía con Elena, a quien conocía incluso antes de que le crecieran los fabulosos pechos que ostentaba, saber si alguien la miraría a ella como Stefan lo hacía, con ese dejo glorioso en los ojos como si un ángel hubiese bajado del mismo cielo para besarlo y llamarlo "Suyo" .

Antes de Stefan pensaba que las cosas eran tolerables, Bonnie nunca se quejaba de nada y se adaptaba perfectamente a ellas, a fin de cuentas parecía que lo único que le importaba desde hacía un tiempo era lo que su supuesta abuela psíquica tuviera que decirle. Como si a alguien le importaran esas cosas, en fin, Bonnie era prácticamente un fantasma social y a veces sentía temor de contarle lo que pensara acerca de Elena.

Sería demasiado contarle las veces que deseó secretamente que Elena se torciera un tobillo para poder suplirla en el escuadrón de porristas, o que cada vez que la veía ensimismada en su estúpido diario le daban ganas de vomitar. Cuando llegaba hasta ese punto, se sentía terrible, en realidad, no podría realmente desearle ese nivel de dolor a su mejor amiga, la única que le escuchaba y se preocupaba por ella cuando más lo necesitaba.

Elena la había abrazado en la cama todas esas noches cuando Caroline lloraba desconsoladamente pensando en su padre, hablándole sobre las incontables veces en las que sentía que su madre nunca le prestaba atención, y ésta le acariciaba el cabello diciéndole "Todo estará bien, Caroline, estaremos juntas y mientras eso suceda nada malo podrá pasarnos, te lo prometo" .

¿Por qué todo en la vida de Elena tenía que ser tan perfecto?

Perfecto e insufrible dolor por la pérdida de sus padres, perfecta tía trabajando en su maestría, perfecto novio millonario y asquerosamente guapo, por qué Caroline no habría de tener al menos un atisbo de esa perfección? Lo único que ella realmente deseaba era ser reconocida por un momento y brillar...

Sólo ser el centro de las miradas por un día y saber lo que se siente ser la número uno de alguien alguna vez, cómo es que no se daba cuenta de que todo a lo que Elena se acercaba en este mundo, terminaba robándoselo a ella. Como a Stefan.

No sabía exactamente si la había perdonado por ello, pero cómo iba a perdonarla en un principio si ni siquiera tuvo el valor de decirle que era una traidora por haber salido con él aunque la misma Elena supiera que estaba coladita por el chico nuevo, acaso su mejor amiga era tan estúpida como para no notar que heriría sus sentimientos. Tal vez se estaba yendo un poco por las ramas, pero el silencio que ella guardaba por el temor de decir algo fuera de lugar le producía una punzada en el estómago, como si un tumor lleno de resentimiento e impotencia creciera un par de centímetros dentro de su espíritu cada vez que veía que Elena era, sin lugar a dudas, ciegamente feliz.

En cambio Caroline debía mirarse en el espejo cada día y encontrarse con todas sus imperfecciones, no encontraba un condenado corte de cabello adecuado, no entendía ese sentido tan soso de vestir que Elena lucía y cada vez que la veía menos podía entender por qué los chicos de la escuela se peleaban por ella, Dios, era tan complicado existir y a eso sumarle el hecho de que debía ser una buena amiga para ella.

Porque a fin de cuentas... ¿No es eso lo que la haría excepcional? La leal Caroline, una brillante sonrisa siempre en su rostro, el correcto encanto del pueblo, toda soluciones y eficiencia, si sólo alguien supiera cuánto deseaba darse un respiro detrás de la máscara.

Luego de chequearse el maquillaje de nuevo frente al espejo de su locker en la escuela, exhaló un rápido suspiro y cerró la puertecilla, sólo para darse cuenta de que detrás de ella se encontraba el chico más hermoso que hubiese visto en su vida, incluso más hermoso que el mismo Stefan, la miraba como quien deseaba lamer una paleta helada en un caluroso día de verano; sus ojos azules parecían casi brillar en contraste con su negro y estilizado cabello y pálida piel.

- Pero si aquí estás... Me preguntaba en dónde podría estar la chica más hermosa de la escuela en este momento, se me hizo un poco complicado poder ubicarte, y es tu día de suerte, pues pretendo mostrarte las delicias de lo que la palabra "Fuga" significa.-

Enunció el muchacho con un ademán y una perversa sonrisa

- Caroline, cierto? - Continuó, tomando su mano y posando un leve beso sobre ella. - Soy Damon. Nos espera una pequeña aventura... ¿Vienes?

Angstuary 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora