– Sí, ya te dije que me voy al llevar al alfa con esteroides – Yohn hablaba en voz alta por el celular con Henrik – solo pasa la lista de todo lo que hay que llevar.
Conversaban animadamente por primera vez en mucho tiempo, no era que casi no se vieran, sino que las clases los tenían acaparados de trabajo, ahora tenían unos días libres en el campamento, los sucesos paranormales continuaban casi a diario, aunque Yohn trataba de ignorarlos, como cuando se encendió el televisor de la sala a las 2 am y se subió al máximo de volumen. Trató de mantenerse a distancia de Javier, incluso no volvieron a besarse desde aquella vez en el callejón oscuro. La llamada se cortó luego de que quedaran en encontrarse en la casa de Jun antes de salir en un minibus que alquilaron para todos.
– ¿A quién le dices alfa con esteroides? – Yohn señaló al alfa a su lado que estaba guardando comida enlatada y una que otra cosa para llevar al campamento – yo no utilizo esteroides.
– Park, es inútil que lo niegues, a nadie le crecen tanto los músculos en tan poco tiempo – Yohn observaba especialmente la piernas del alfa, perfectamente torneadas – ni yo por mas que entrenara me hinchaba así.
– Tus piernas de pollo siempre me han encantado, aunque los últimos meses las tenías con más músculos – Javier se mordía el labio al recordarlo, ahora Yohn es un omega y está lejos de ser alguien musculoso – tienes una cara de muerto ¿no podías dormir sin mi?
El omega no quería parecer un cobarde pero recuerda que apenas llegó a su casa la noche anterior pensó que eran los efectos del alcohol pero las sillas de su casa estaban en una posición distinta a como se encontraban cuando salió a la casa de Jun, pero lo que le heló la sangre fue notar como la vieja mecedora de mamá estaba al fondo, en una esquina meciéndose sin nadie encima, sea lo que fuese estaba sollozando, y Yohn solo pudo correr como si su vida dependiera de ello encerrándose en su habitación agradeciendo que ya no pudo escuchar nada más.
– Cállate Park... Vamos saliendo – el alfa no pudo ocultar su sonrisa haciendo que sus ojos de volvieran 2 pequeñas líneas, estar con el omega era suficiente para mantener su felicidad a flor de piel, sin importar lo amargado que puede llegar a ser Yohn en ocasiones.
Para el omega se ha convertido en costumbre, poco a poco se han vuelto amigos, aunque evitando los roces entre ellos a pesar de que saben como deben terminar, ninguno se atreve a dar ese paso, en especial Yohn, que tenga que dejar que un alfa lo anude, no es algo que le atraiga, no se acostumbra a que ahora él es el omega, incluso se niega a tocarse detrás para estimularse.
Javier en cambio está disfrutando su estatus de alfa, su rendimiento en deportes mejoró en un 200%, su físico también creció, sin mencionar otra cosa que aumentó de tamaño en los últimos meses.
Sigue siendo aquel chico tierno pero sexy a la vez, robándole miradas cada vez que puede a su amargado omega, ya estaba decretado que aquel chico sería suyo sin importar su jerarquía, Yohn tenía algo que le encantaba desde el primer momento que lo vio.
Iban en camino a tomar el bus, Jun hizo que Yohn se sentara entre él y Henrik pero los gruñidos de Javier se podían escuchar a kilómetros.
– Creo que Javier te reclama como su omega – murmura Henrik tomándolo con gracia, siempre vio a Javier como un omega tierno, no como un macho alfa controlador – veamos que hace si intento abrazarte.
– ¿Qué... – muy tarde para reclamar el alfa sonriente tenía a Yohn entre sus brazos dejando su olor en todo el omega – ¡suéltame imbécil me estás marcando!
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Tarot - Una Historia Omegaverse de Terror
FantasySegunda vida de Yohn y Javier. Yohn y Javier en una fiesta se acuestan luego de estar bastante embriagados, el alfa si quería que esto sucediera ya que quería a Javier como su omega, Javier no quería esta situación pero el alcohol en su sangre no lo...