JungKook está enamoradísimo de TaeHyung, pasa todo el tiempo acariciando las hebras sedosas de este y no pierde oportunidad para abrazarlo y demostrarle lo mucho que lo ama, sin embargo, Tae siempre anda en las nubes no captando las indirectas.
Gráf...
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—No puedo creerlo, JungKook, sacaste un tres en anatomía —NamJoon veía la hoja de calificaciones con un tic nervioso en el ojo, no podía concebir esa calificación siendo el alumno aplicado y estudioso que era.
—Sí, bueno, cosas que pasan —el chico respondió sin prestarle atención.
Allí, en plena cafetería al aire libre, Jeon JungKook se encontraba con su mano sosteniendo su mentón, sentado de lado en su sitio con la sonrisa más boba de todas atravesando su rostro, con su flequillo caoba cayendo casi sobre sus grandes y brillantes ojos, perdido en la única, mágica y satisfactoria tarea de observar embelesado a su mejor amigo de toda la vida, Kim TaeHyung; este apuesto muchacho no hacía más que dormir sobre la mesa, usando sus brazos como almohada, con la charola de comida a medio tocar a un lado, casi babeando, entumecido pero negado a despertar. Con todo el cuidado de un futuro cirujano, JungKook tomaba cada cabellito ébano de su bello durmiente para colocarlo lejos de sus ojos y frente, algunos los acomodaba con cuidado detrás de su oreja, otros solo los dejaba ir hacia donde quisieran en tanto no molestaran el bello rostro ajeno.
—Dios, Kook, estás reprobando esa materia como un imbécil, presta atención —JiMin lo veía indignado, asombrado y a la vez cabreado por la falta de compromiso con la carrera—. A este paso vas a ser maestro y no médico cirujano, ¡Jeon te estoy hablando!
—¡Shhh, lo vas a despertar! —Kook lo calló con un movimiento de mano—. Estuvo toda la noche estudiando, lo sé porque lo ayudé.
—Claro, pero no eres capaz de estudiar tú —siguió Park.
—¿Cómo dices? —Jeon ni siquiera escuchó.
—Suéltame, Nam, voy a matarlo —el más bajo se puso de pie arremangando su camisa blanca.
—Cálmate, pollito, no vas a solucionar nada golpeándolo —Joon negó con lentitud, ya era un caso perdido.
—¡No me llames pollito frente a todos! —un muy ruborizado JiMin tomó asiento tratando de disimular, acomodando su cabello rosa.
—¿Por qué gritas, JiMinnie? —TaeHyung bostezó desperezándose, tallando uno de sus ojos, no entendiendo nada de lo que ocurría.
—Ya lo despertaste —Kook lo observó de mala manera para volver a su amigo—. Está molesto porque reprobé anatomía.
—¿Qué? ¿de nuevo? —elevó una ceja—. Si te cuesta tanto puedo ayudarte, tengo algunos resúmenes, dibujos y palabras claves que me aligeran el estudio, no dudes en decirme, Koo.
—Sí, claro —sonrió atontado.
—Podemos estudiar mañana si te parece, tengo toda la noche libre y papá puede darnos un par de clases si gustas —ofreció tomando su charola para comer, o mejor dicho, engullir, su generosa porción.
—Sí, claro.
—Perfecto, tendremos una larga noche de estudio pero te juro que valdrá la pena —asintió sin dejar de comer.
