Historias cortas ¡CarreraxSpreen!

Híbridos

Rodrigo amaba estar en su forma animal, si de por si ya era tierno, ese cachorrito en el que se transformaba robaba la atención de todos los presentes.

En su familia todos podían transformarse a perros, a excepción de su hermana menor la cual era un gatito. Nadie entendía el porqué y ella ya no caía en la broma de que era adoptada

Ahora que entraba al colegio no podía cambiar todo el tiempo, tenía que ser un niño hasta el recreo. Por esta misma razón, Rodrigo estaba aterrado con su primer día

Rodrigo: ¡No quiero!

Ya estaban en la puerta, solo faltaba que Rodrigo entrase al carro, pero tercamente se negaba

Mamá de Rodrigo: ¡Te lo repito por última vez! Entras o no vas al cumple de tu primo

Rodrigo escuchó eso y entró de inmediato, el cumpleaños de su primo iba a ser de inflables de agua. Además que este le había adelantado las increíbles sorpresas que iban a haber en la piñata

Cuando Rodrigo llegó se puso a llorar, basto 1 hora para que se tranquilizara y su mamá pueda irse

La profesora lo había hecho dar una vuelta por la institución, y para suerte de Rodrigo, cuando llegaron al salón ya era hora de recreo

Rodrigo estaba apunto de salir corriendo al patio pero una profesora lo paró

Profesora: Primero hay que comer, sino, no sales

Rodrigo bufó enojado, pero hizo caso, prácticamente se tragó su comida y salió corriendo

Se transformó en ese tierno perrito y sintió una mirada fija en él. Se dio vuelta para ver a ese gatito negro

Rodrigo se asustó un poco pero eso no impidió que avanzara

Rodrigo ladró, como si estuviese pidiendo explicaciones

El gatito avanzó lentamente y sin poder aguantar más su pata se levantó llevándola a la cara de Rodrigo

Antes del ataque Rodrigo retrocedió inmediatamente y ladró enojado

El gato negó rápidamente con su cabecita y levantó su pata lentamente con la mirada de Rodrigo fija en esta

Llegó a ese collar tan brillante que le había fascinado, empezó a jugar con el mientras Rodrigo lo miraba confundido

Por primera vez, Rodrigo cambió a niño por decisión propia

Rodrigo: ¿Y a vos qué te pasa?

El gato cambió también

X: L-lo siento -dijo con sus orejitas gachas-

El chico seguía teniendo las orejas de gatito, al igual que Rodrigo mantenía su cola

Rodrigo: ¿Cómo te llamas?

El niño susurró algo inaudible para Rodrigo

Rodrigo: ¿Qué? -dijo algo agresivo-

Al ver al niño asustado trató de calmarse un poco

Rodrigo: No te escuché bien. ¿Podrías repetirlo?
X: M-me llamo I-Iván
Rodrigo: Iván -repitió- lindo nombre
Iván: ¿V-vos?

Iván estaba muy nervioso

Rodrigo: Soy Rodrigo. Uhm ¿que hacías tocando mi collar?

La mirada de Iván subió y logro visualizar ese collar. Le encantaba ese tipo de cosas y el simplemente quería jugar

Iván ladeó su cabeza, confundido

Rodrigo: O sea, no me molesta -sonrió- puedes hacerlo cuando gustes

Desde ese momento Rodrigo e Iván se volvieron amigos inseparables. Más tarde estaba suplicándole a su primo de aumentar un invitado a su fiesta

Gabriel: Rodri, no puedo, la lista de invitados ya está cerrada
Rodrigo: ¡Si no lo invitas yo no voy! -amenazó-

Gabriel abrió los ojos sorprendido, amaba a su primo con todo su corazón así que, solo por él, podría pedirle a su mamá invitar a otra persona

El fin de semana Rodrigo entró a la fiesta agarrado de la mano de su acompañante Iván

Iván: No te separes de mí
Rodrigo: No lo haré
Iván: ¿Me lo prometes? -dijo asustado-
Rodrigo: Te lo prometo -sonrió-

Horas después ambos se encontraban en la cima de una colina, la cena sería servida en unos minutos por lo que los niños estaban aprovechando el tiempo de juego al máximo. Sin embargo, Iván se encontraba cansado, así que le pidió a Rodrigo alejarse del resto

Rodrigo: Las estrellas son muy lindas -dijo mientras miraba con admiración estas-
Iván: Son así de lindas como vos Rodri

De repente sintió como su espalda era golpeada rápido y leve, supo de que se trataba de inmediato. La colita de Rodrigo no podía parar de moverse 

Tras unos segundos de silencio Iván sonrió

Iván: Rodri
Rodrigo: ¿Dime?
Iván: ¿Estás feliz?

Rodrigo lo volteó a ver

Rodrigo: ¿Cómo lo sabes?
Iván: Por nada...