Jimin.
-¡Maldito idiota!, ¿Quien se cree que es?-pateé la pared.
Si, estaba de mal humor. Creanme, despertarse todo mugriento y en el piso no es nada lindo.
Podía escuchar los pasos desde el piso superior, por las escaleras y hasta el pasillo.
-Cállate niñato, tus estupideces se escuchan desde la escalera-Jeon entró con lo que parecía ser una muda de ropa-No intentes nada o te mato-me amenazó sacando mis cadenas.
-¿A donde...
-Cámbiate, te espero afuera-salió dando un portazo.
-Uy, creo que no soy el único de mal humor.
Me puse la camiseta negra y el pantalón gris deportivo que me trajo, seguramente no eran de él porque es mucho mas grande que yo.
Salí de la celda donde Jeon me esperaba recostado contra la pared.
-Vamos-lo seguí por la serie de celdas, en algunas había hombres encadenados seguramente eran tipos que le debían plata, pero la gran mayoría estaban vacías.
Subimos la escalera y pasamos a la parte de la casa donde tres tipos vigilaban la entrada.
La casa era bastante grande y lujosa para mi gusto, creo que en solo este pasillo había contado al menos una siete puertas.
Lo seguí hasta la sala donde cinco hombres estaban allí sentados y yo los conocía perfectamente. Mi padre me había enseñado de cada uno de ellos y sus funciones en la mafia.
-Park Jimin-dijo Kim Namjoon con una sonrisa junto a Kim Mingyu.
-Kim, tanto tiempo-reí, apoyándome en la puerta y observando a los otros tres.
Min Jihoo, Min Yoongi y Kim Seokjin, el trío dinámico junto con Namjoon, el otro Kim y Jeon.
Los hermanos Min, ellos se encargaban de todo lo que tenía que ver con las armas y las apuestas en nuestro país y en toda Europa.
Mi vista se fue a un ceñido Kim Seokjin, él se encarga del tráfico hacia el exterior y atrapar a los que debían dinero.
Kim Namjoon, el tipo que me había cogido en la secundaria. Él se encarga de lo informático, desviar grandes cantidades de dinero y cargamentos sin que nadie se de cuenta.
Kim Mingyu, mano derecha de Jungkook y amigo de la familia. Él mataría por Jungkook y no dudo que ya lo haya hecho cientos de veces.
Y finalmente el susodicho, el líder de los J, líder de todas las familias mafiosas de Rusia claro excepto la mía conformada por...mi.
-Ja, ¿hay junta de narcos o que?-pregunté ahora mirándolos.
-La verdad no sé que mierda haces aquí arriba-Seokjin miró a Jungkook entre confundido e indignado.
-Está todo seguro, no hay peligro que esté aquí-bufó tomando un vaso de vodka.
-Escuchando todo lo que hablamos, ¿eso te parece bien?-Seokjin se paró, arregló su traje y me miró enojado-Mas te vale que no hagas algo de lo que te puedas arrepentir o yo mismo te voy a matar-subió golpeando sus pies contra el piso.
-Si que tengo mala fama eh-reí, para mi sorpresa Yoongi rió. Lo escaneé con la mirada, si que es guapo pero nadie pasa a Jungkook, su aura imponente de chico malo con esos tatuajes era impresionante.
-Sabes, no me molesta tenerte por aquí-Yoongi pasó por mi lado y paró a centímetros de mi cara-Y más si podemos hacer enojar a Jungkook y a Jin-me codeó haciéndome reir.
-Me voy, Kook, te llamo cuando termine-Namjoon me miró por última vez y salió.
Lo que llamó mi atención es que el segundo de los hermanos Min, Jihoon, aún estaba sentado mirandome serio.
-Ven niñato-Jungkook me llamó, caminamos hacia arriba-Esta será tu habitación-señaló la puerta a mi lado-No los hagas enojar porque no seré tu niñero-pasó por mi lado volviendo a bajar.
Entré a mi nueva habitación y déjenme decirles que no estaba nada mal.
-¿Nada mal no?-Yoongi se apoyó en la puerta.
-Está linda-lo miré-¿Por qué me retienen aquí?-pregunté.
-Razones de Kook, yo que se-hizo una mueca.
Suspiré y me tiré en mi cama.
-No pareces un traficante, ¿sabes?-cerré los ojos.
-Y tú no pareces un narco, pareces un niño pijo-se sentó a mi lado.
-¿Por qué todos están de mal humor?. Necesitan un buen polvo-rió.
-Tú les das mal humor-lo miré interrogante-No confian en ti.
-¿Y tu sí?-reí.
-No...pero me caes bien porque te enfrentaste a Jungkook y a Seokjin así que tienes mis respetos-reimos-Bueno debo irme, nos vemos-salió.
Me dí una ducha y bajé a ver si podía encontrar un teléfono. Busqué en la sala, los cuartos vacíos, intenté salir por la ventana, nada, este lugar era una maldita fortaleza.
-Bingo-sonreí el ver un celular sobre la mesada de la cocina.
-Yo que tú no lo intentarí-Jimin me miraba con su inseparable vaso de vodka desde la puerta.
Bufé y me senté sobre la mesada.
-¿Siempre has tenido problemas con el alcohol?-le pregunté.
Él agarró el celular y se apoyó a mi lado.
-No sé de que hablas-miré sus ojos azules.
Señalé el vaso de Vodka en su mano-Nunca dejas de tomar.
-Solo me gusta, no tengo problemas con él-dejó el vaso cerca de mi mano.
Miré su brazo cubierto de tatuajes sin dejar un espacio de piel libre.
-¿Me vas a decir porqué estabas en mi club sabiendo que te podían atrapar?-se paró en frente mio, aún era mas alto que yo incluso sentado en la mesada.
-Estaba jodiendo, ya te lo dije-mentí, desviando la mirada.
Un escalofrío recorrió mi piel al sentir sus manos posarse suavemente en mis rodillas.
-Dime-pasó su mano por mi pierna.
Mordí mi labio y decidí molestarlo un poquitito más.
-Fui a buscar a alguien con quien ligar, tal vez una morenaza o un sexy tipo de tatuajes-me corrí mas hacia adelante atrapandolo entre mis piernas.
-No te hagas el vivo conmigo, niñato-se acercó peligrosamente a mi boca.
-Solo te lo digo porque no hay rastros, no por ti-susurré seductoramente-Fuí a matar a un tipo que me debía plata, que por cierto, se había estado escondiendo en tus clubes_acaricié suavemente su firme pecho sobre la remera.
Su mano se posó sobre la mia y la sacó de su pecho.
-Eres una puta-rió con burla, saliendo de entre mis piernas para después salir tan elegante como siempre-Gracias por la información.
Y yo quedé sentado sobre la mesada, excitado y con una erección en mis pantalones, genial.
Buen comienzo.
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enemigos › kookmin.
RomanceJeon Jungkook y Park Jimin son enemigos por su apellido hace años, pero nunca se vieron personalmente. Jeon Jungkook el líder de la mafia rusa. La familia mas prestigiosa y rica que puede haber en Rusia, los Jeon. Ellos manejan todo lo que se trata...