Capítulo O3.

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Jimin.

-¡Maldito idiota!, ¿Quien se cree que es?-pateé la pared.

Si, estaba de mal humor. Creanme, despertarse todo mugriento y en el piso no es nada lindo.

Podía escuchar los pasos desde el piso superior, por las escaleras y hasta el pasillo.

-Cállate niñato, tus estupideces se escuchan desde la escalera-Jeon entró con lo que parecía ser una muda de ropa-No intentes nada o te mato-me amenazó sacando mis cadenas.

-¿A donde...

-Cámbiate, te espero afuera-salió dando un portazo.

-Uy, creo que no soy el único de mal humor.

Me puse la camiseta negra y el pantalón gris deportivo que me trajo, seguramente no eran de él porque es mucho mas grande que yo.

Salí de la celda donde Jeon me esperaba recostado contra la pared.

-Vamos-lo seguí por la serie de celdas, en algunas había hombres encadenados seguramente eran tipos que le debían plata, pero la gran mayoría estaban vacías.

Subimos la escalera y pasamos a la parte de la casa donde tres tipos vigilaban la entrada.

La casa era bastante grande y lujosa para mi gusto, creo que en solo este pasillo había contado al menos una siete puertas.

Lo seguí hasta la sala donde cinco hombres estaban allí sentados y yo los conocía perfectamente. Mi padre me había enseñado de cada uno de ellos y sus funciones en la mafia.

-Park Jimin-dijo Kim Namjoon con una sonrisa junto a Kim Mingyu.

-Kim, tanto tiempo-reí, apoyándome en la puerta y observando a los otros tres.

Min Jihoo, Min Yoongi y Kim Seokjin, el trío dinámico junto con Namjoon, el otro Kim y Jeon.

Los hermanos Min, ellos se encargaban de todo lo que tenía que ver con las armas y las apuestas en nuestro país y en toda Europa.

Mi vista se fue a un ceñido Kim Seokjin, él se encarga del tráfico hacia el exterior y atrapar a los que debían dinero.

Kim Namjoon, el tipo que me había cogido en la secundaria. Él se encarga de lo informático, desviar grandes cantidades de dinero y cargamentos sin que nadie se de cuenta.

Kim Mingyu, mano derecha de Jungkook y amigo de la familia. Él mataría por Jungkook y no dudo que ya lo haya hecho cientos de veces.

Y finalmente el susodicho, el líder de los J, líder de todas las familias mafiosas de Rusia claro excepto la mía conformada por...mi.

-Ja, ¿hay junta de narcos o que?-pregunté ahora mirándolos.

-La verdad no sé que mierda haces aquí arriba-Seokjin miró a Jungkook entre confundido e indignado.

-Está todo seguro, no hay peligro que esté aquí-bufó tomando un vaso de vodka.

-Escuchando todo lo que hablamos, ¿eso te parece bien?-Seokjin se paró, arregló su traje y me miró enojado-Mas te vale que no hagas algo de lo que te puedas arrepentir o yo mismo te voy a matar-subió golpeando sus pies contra el piso.

-Si que tengo mala fama eh-reí, para mi sorpresa Yoongi rió. Lo escaneé con la mirada, si que es guapo pero nadie pasa a Jungkook, su aura imponente de chico malo con esos tatuajes era impresionante.

-Sabes, no me molesta tenerte por aquí-Yoongi pasó por mi lado y paró a centímetros de mi cara-Y más si podemos hacer enojar a Jungkook y a Jin-me codeó haciéndome reir.

-Me voy, Kook, te llamo cuando termine-Namjoon me miró por última vez y salió.

Lo que llamó mi atención es que el segundo de los hermanos Min, Jihoon, aún estaba sentado mirandome serio.

-Ven niñato-Jungkook me llamó, caminamos hacia arriba-Esta será tu habitación-señaló la puerta a mi lado-No los hagas enojar porque no seré tu niñero-pasó por mi lado volviendo a bajar.

Entré a mi nueva habitación y déjenme decirles que no estaba nada mal.

-¿Nada mal no?-Yoongi se apoyó en la puerta.

-Está linda-lo miré-¿Por qué me retienen aquí?-pregunté.

-Razones de Kook, yo que se-hizo una mueca.

Suspiré y me tiré en mi cama.

-No pareces un traficante, ¿sabes?-cerré los ojos.

-Y tú no pareces un narco, pareces un niño pijo-se sentó a mi lado.

-¿Por qué todos están de mal humor?. Necesitan un buen polvo-rió.

-Tú les das mal humor-lo miré interrogante-No confian en ti.

-¿Y tu sí?-reí.

-No...pero me caes bien porque te enfrentaste a Jungkook y a Seokjin así que tienes mis respetos-reimos-Bueno debo irme, nos vemos-salió.

Me dí una ducha y bajé a ver si podía encontrar un teléfono. Busqué en la sala, los cuartos vacíos, intenté salir por la ventana, nada, este lugar era una maldita fortaleza.

-Bingo-sonreí el ver un celular sobre la mesada de la cocina.

-Yo que tú no lo intentarí-Jimin me miraba con su inseparable vaso de vodka desde la puerta.

Bufé y me senté sobre la mesada.

-¿Siempre has tenido problemas con el alcohol?-le pregunté.

Él agarró el celular y se apoyó a mi lado.

-No sé de que hablas-miré sus ojos azules.

Señalé el vaso de Vodka en su mano-Nunca dejas de tomar.

-Solo me gusta, no tengo problemas con él-dejó el vaso cerca de mi mano.

Miré su brazo cubierto de tatuajes sin dejar un espacio de piel libre.

-¿Me vas a decir porqué estabas en mi club sabiendo que te podían atrapar?-se paró en frente mio, aún era mas alto que yo incluso sentado en la mesada.

-Estaba jodiendo, ya te lo dije-mentí, desviando la mirada.

Un escalofrío recorrió mi piel al sentir sus manos posarse suavemente en mis rodillas.

-Dime-pasó su mano por mi pierna.

Mordí mi labio y decidí molestarlo un poquitito más.

-Fui a buscar a alguien con quien ligar, tal vez una morenaza o un sexy tipo de tatuajes-me corrí mas hacia adelante atrapandolo entre mis piernas.

-No te hagas el vivo conmigo, niñato-se acercó peligrosamente a mi boca.

-Solo te lo digo porque no hay rastros, no por ti-susurré seductoramente-Fuí a matar a un tipo que me debía plata, que por cierto, se había estado escondiendo en tus clubes_acaricié suavemente su firme pecho sobre la remera.

Su mano se posó sobre la mia y la sacó de su pecho.

-Eres una puta-rió con burla, saliendo de entre mis piernas para después salir tan elegante como siempre-Gracias por la información.

Y yo quedé sentado sobre la mesada, excitado y con una erección en mis pantalones, genial.

Buen comienzo.

enemigos › kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora