Ni-ki tenía un problema. Uno muy grande.
Había olvidado sus llaves en el estudio: razón por la cual estaba sentado frente a su puerta, esperando que esta fuera a abrirse por sí sola en algún momento como por arte de magia.
Mientras, Sunoo observaba todo cómodamente desde la puerta de su departamento, teniendo cuidado de que él no fuera a verlo.
Entonces, vio a Ni-ki levantarse del suelo y caminar hacia él, llevándolo a cerrar la puerta rápidamente debido a los nervios. Él tocó la puerta esperando que Sunoo abriera, lo cual no ocurrió.
—¡Hey! —chilló, sabiendo que el pelirrosa podía escucharlo. —¿Podrías abrir? Olvidé mis llaves y no puedo entrar a mi departamento. —al oír aquello, Sunoo abrió lentamente la puerta, encontrándose con un Ni-ki muy distinto al que estaba acostumbrado a ver en televisión. —No tengo dónde pasar la noche.
Sunoo quería sentirse mal por él, pero no podía. Quizás seguía algo resentido por lo ocurrido.
—¿Y eso qué? —por más que fuera su ídolo, hace apenas unos días lo había acusado de estar acosándolo. No iba a olvidar eso tan fácilmente. —Ni siquiera me conoces, ¿cómo sabes que no intentaré hacer algo extraño?
Ni-ki suspiró, apoyando uno de sus brazos contra la pared.
—No me importa, necesito ayuda, ¿sí? —Sunoo continuó con la misma expresión, dándole a entender que no aceptaría tan fácilmente, al menos esperaba una disculpa. —¿Realmente tendré que decirlo? —el pelirrosa asintió, soltando una pequeña risa al ver sus cejas juntarse debido a la molestia que comenzaba a sentir, él estaba disfrutando verlo de esa manera. —Ugh, sólo lo diré una vez, así que no me hagas repetirlo.
—No me importa, no soy yo quien olvidó sus llaves. —se encogió de hombros y luego rió. —Adelante, te escucho.
Ni-ki trató de calmarse un poco, soltando un largo suspiro antes de finalmente hablar:
—Bien, sé que tal vez no tuvimos el mejor comienzo y... —de pronto se detuvo, haciendo una mueca extraña antes de volver a hablar. —¡Ni siquiera debería estar haciendo esto!
Sunoo rió escandalosamente ante la nueva faceta que acababa de descubrir sobre el que era su ídolo. Puede que en televisión se viera como alguien maduro, pero realmente se comportaba como un niño, uno de esos pequeños y molestos que tantas ganas le daban de patear.
—En ese caso, puedes irte. Tengo cosas que hacer. —trató de cerrar la puerta, sin embargo Ni-ki puso su pie entremedio, gimiendo de dolor ante el golpe.
—Está bien, lo siento. —dijo. —¿Puedo pasar la noche aquí? No conozco a nadie en este lugar además de ti.
Sunoo calló por largos segundos, riendo internamente al ver la expresión del pelinegro, quien parecía desesperado al no obtener aún una respuesta.
Rió una última vez antes de decir:
—Lo siento, pero mi madre dice que no debo dejar entrar a desconocidos en mi departamento.
Dicho esto le cerró la puerta en la cara, escuchando los gritos a través de esta.
Tal vez era algo obvio que no lo dejaría ahí afuera, sólo quería fastidiarlo un poco por lo ocurrido hace algunos días atrás, luego volvería para dejarlo entrar y lo pondría a dormir en el sofá, porque no estaba dentro de sus planes el sacrificarse y entregarle su cama. Eso jamás.
Esperó frente a la puerta durante diez minutos, Ni-ki seguía tocando sin parar, así que Sunoo decidió que ya era hora de abrirle.
Tomó el pomo de la puerta y finalmente la abrió, dejando entrar al pelinegro, quien aún le veía con molestia a pesar de que Sunoo estaba siendo muy amable al dejarlo pasar la noche ahí cuando perfectamente pudo elegir dejarlo solo a mitad del pasillo muriéndose de frío.
Bueno, realmente no lo hacía por amabilidad; sólo quería que Ni-ki le debiera algo, podría utilizarlo en un futuro a su favor, por ejemplo: para obtener entradas a algún concierto en primera fila o una cita.
—¿Dónde dormiré? —preguntó casi en un susurro.
Sunoo apuntó el sofá que se encontraba frente a la televisión, ¿qué mejor? Al menos no estaría aburrido si luego no podía dormir. —Ahí. —sonrió. —Ahora iré a dormir. Buenas noches.
Corrió hacia su habitación antes de que Ni-ki pudiera decir algo más, porque aunque dijera que no le dejaría dormir en su cama, si él se lo pedía, estaba casi cien por ciento seguro de que terminaría aceptando de todas formas.
Sólo por ser Nishimura Riki, Sunoo sería capaz de dormir en el suelo y sin ninguna frazada o almohada si eso significaba que él estaría bien.
Aunque, más que por el hecho de que fuera un idol, Sunoo haría cualquier cosa con tal de gustarle al lindo chico de ojos azules.
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── 𝖿𝖺𝗇𝗓𝗈𝗇𝖾𝖽 ୨୧ 𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶
Fanfic𝘀𝘂𝗻𝗸𝗶 ౨ৎ ¿𝖰𝗎𝖾́ 𝗌𝖾 𝗌𝗎𝗉𝗈𝗇𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝖽𝖾𝖻𝖾𝗌 𝗁𝖺𝖼𝖾𝗋 𝖼𝗎𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗍𝗎 𝗂𝖽𝗈𝗅𝗈, 𝗉𝗈𝗋 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗍𝗂𝖾𝗇𝖾𝗌 𝗎𝗇 𝗅𝖾𝗏𝖾 𝖾𝗇𝖺𝗆𝗈𝗋𝖺𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗈, 𝗋𝖾𝗌𝗎𝗅𝗍𝖺 𝗌𝖾𝗋 𝗍𝗎 𝗏𝖾𝖼𝗂𝗇𝗈, 𝗒 𝖺𝖽𝖾𝗆𝖺́𝗌, 𝗇𝗈 𝗍𝗂𝖾𝗇𝖾...