Cigarretes & Sex

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El clima era un martir, pues el aire que había fuera era tan frío como para no salir sin dos capas de sueters y tres bufandas.

Heeseung se encontraba allí, fuera de casa sentado en la banqueta y fumando un cigarrillo.
Claro que era algo peligroso que le vieran, lo sabía perfectamente; pero lo necesitaba. Ocupaba ese momento de soledad a las dos de la madrugada y la verdad es que no estaba muy familiarizado con lo que inhalaba, solamente aveces le despreocupaba en momentos como este.

¿Qué pasaba? No tenía algún recuerdo que hiciera enojar de tal manera a su lindo sol, o más bien no se dió cuenta en que preciso momento sucedió antes de aquella situación en el pasillo.
Sí, fue algo invasivo y entendía que se lo ganó, pero antes de ello no encontraba alguna razón. ¡¡Y su mejilla aún ardía, por cierto, también tenía la silueta en relive de una mano!!

Algo que no le pasaba desde desde que era un niño y su madre le castigaba porque lo descubrió robándose la leche en polvo...

-Jajaj, que inútil soy.

...

Un ruido de la puerta tras sí le hizo boltearce encontrándose con él, el hombre que tanto amaba.
Se miraron en silencio hasta que el menor giró la cabeza e hizo el ademán de caminar a quien sabe dónde.

—Sunoo—llamó en un susurro apenas audible y levantándose deprisa, rogó bajo, pero por la hora el entorno se undía en silencio.

El mayor admiró al chico [su chico] que llevaba un par de sueters y una gran bufanda hasta su nariz, que admirándolo, se encontraba carmín gracias al frío.
El detalle le pareció bastante tierno y más lindo de lo que ya era, también notó que en cada suspiro dejaba un rastro de aire helado y como sus manos temblaban un poco por lo mismo. Estaba perdido en él.

—Si te he causado molestia por favor dimelo, quiero corregir cualquier error por más mínimo que sea, inclusive si es por no poner mi mano al borde de la mesa para evitar que te pegaras. Nadie se enoja por nada, pero necesito saber que pasa para enmendarlo, ¿si?

—Hees
—¿mmm?

Sunwoo le siguió sentándose a un lado de la banqueta y palmado el lugar donde él anteriormente se encontraba —¿Fumando en la madrugada? Eso no es muy saludable que digamos...—Con sarcasmo sonrió sencillo, ahora se sentía más calmado.

Automáticamente el cigarrillo fue tirado al suelo sin pensarlo.

—Yo...fue hoy, o ayer, que importa-—Expresarse en la madrugada era confuso —En el concierto, la chica durante-

Heeseung no tubo que escuchar el resto de la horación para entender todo. Oh no... lo había olvidado, y automáticamente se vió como un bastardo. Pero también recordó las condiciones del momento y entendí que tampoco era su culpa.

—Está bien, es comprensible— Acurrucó la mano contraria con la suya —Sí, lo olvidé, pero tampoco lo consideré como una razón, pero considerando como te enojaste supongo que no sabes bien lo que pasó— Lo miró atentamente
—Ella me jaló, estaba bajando y esa idiota me tomó el chaleco, y me hiba a alejar, pero el indicador me lo negó, y después me dijo que si lo hubiera echo los fans me hiban a atacar con falsas polémicas.

—Maldita sea, ¡soy un tonto, era claro!

El mayor habrió con sorpresa sus ojos, ¿realmente lo había entendido tan rápido y fácil?. Bueno, es un punto a su favor.

Siguió acariciando los nudillos rosas del chico para calentarle a falta de guantes, se admiraron en silencio y ahí pudo ver los lindos brillos en los iris contrarios.

Es muy lindo.

—Perdón, perdón por ser un necio, tuve que preguntar antes.
—En verdad soy un afortunado al tenerte— Sonrió al aire y finalmente lo tomó del mentón para hundirce en un frío, pero pronto cálido beso. Nisiquiera le contestó sus disculpas, claro que las aceptaba pero necesitaba un beso con urgencia.

—Hees, ¿así tratas a tus fans?— Le codeó con burla.
—No me digas que aveces no son bien incómodas porque lo sabes.

Y así pasaron la madrugada, entre pequeñas risas y caricias para conciliar el tiempo. La realidad es, que sólo con su presencia ya eran únicos y especiales.

—Hees, ¿desde cuando fumas?— ora que lo pensaba, nunca había visto a su chico asiendo tal acto, y hace un rato lo vió como si fuera tan normal...

—Pocas veces lo hago, deecho— sacó la cajetilla y le mostró su contenido —la compré hace un par de meses y...
En efecto, al paquete de veinte unidades solamente le hacían falta cuatro
—Aunque... si quieres que lo deje, está bien.

—Te vez malditamente atractivo haciéndolo— Sus ojos se undieron en el alto, ok, no fue algo que se esperaba.
—Si son pocas veces está bien, supongo pero... prende uno.

El pelimorado sacó uno y aunque por el frío el encendedor se apagaba, lo logró prender en tres intentos. Inhaló el contenido y se quitó el cigarrillo de los labios para después besar al pequeño.

Church : Heesun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora