Enemies to lovers [Cry]

Capitulo 2

Pov: Lyn

— ¿Cómo salió? — preguntó Cry mientras manejaba, Sam iba atrás en el teléfono.

— Muy bien la verdad, más que bien, el video salió increíble — Respondí el me sonrió y después su vista volvió a la carretera.

— Oye... ¿quieres quedarte en mi casa? Sam también puede estar — antes de que yo pudiera responder Sam asomó su cabeza entre medio de los asientos.

— ¡Si! Ella acepta completamente, yo me iré al hotel y ustedes se van a la casa — dijo rápidamente.

— Si, está bien, y vemos alguna película — hablé mirando mal a Sam.

— Bueno, hay que dejar a Sam al hotel y luego vamos alguna tienda y compramos frituras — asentí.

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Ya estábamos en su casa, habíamos comprado palomitas, Sabritas, refrescos, también compramos pizza de cenar.

Estábamos en su cama viendo Alice in bordeland que es mi serie favorita, él dijo que yo pusiera y puse Aib, al parecer le estaba gustando.

Estábamos en el capítulo del juego de la bruja, estábamos muy entretenidos hasta que el capítulo terminó.

— ¿Qué tal? — pregunté mirando a Cry.

— Está muy buena la serie, quedé flipando — reí y deje la pizza aún lado cuando ya no tenía nada.

— Edward ¿puedo pasar a tu baño?

— Si claro.

Me levanté de la cama y salí de la habitación para luego entrar al baño.

Al hacer mis necesidades salí encontrándome con Edward que veía su celular sentado en la cama.

— Volví — dije y me senté a su lado.

— Hola — dejó su celular en la cama — oye ¿mañana qué harás?

— Se supone que tenía que practicar coreografías, pero no se, ¿tú bailas? — el negó.

— No, nunca aprendí a bailar — mire la tele, la tele tenía YouTube.

Me levanté y tomé el control poniendo música, puse la canción de perfect, en cuanto comenzó a sonar extendí mi mano hacia Cry, él me miró confundido.

— Yo no bailo.

— ¿Y? — dije sonriendo.

El dudoso tomó mi mano y se levantó, yo puse sus manos en mi cintura y yo puse mis manos en su nuca, estábamos muy cerca.

Puse mi cabeza en su pecho, este comenzó a latir como no tienen idea.

— Tu corazón late muy fuerte — dije.

— Pues si, si no late me muero — solté una leve carcajada.

— Déjate llevar por la música y sígueme despacio.

Nos comenzaron a mover con cuidado, no tengo nada en contra de las personas que no saben bailar, pero este vato está más tieso que no sé qué.

Él apretaba mi cintura con fuerza, yo intentaba no reír, sentíamos la música, los dos cerramos los ojos dejándonos llevar por la música y por nuestros movimientos.

Y así fue hasta que acabó la canción, levanté mi vista, él ya me estaba viendo, yo sonreí y el igual.

Nos miramos a los ojos unos segundos y luego nuestras miradas bajaron hasta nuestros labios.