Ánemos, una semidiosa con la capacidad de controlar los vientos, ha aprendido a sobrevivir en el Campamento Mestizo esquivando conflictos y manteniéndose bajo el radar. Pero cuando se ve arrastrada a una misión secreta junto a Luke Castellan, el eni...
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꒰⠀⠀✶⠀⠀꒱⠀﹕▬▬▬▬ຊˑ ღ ۫ . «En el centro del huracán» ↯🌸
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Después de mi desafortunado acuerdo con Luke, las cosas en el Campamento Mestizo comenzaron a volverse... curiosas. No pasaba un solo día sin que alguien mencionara «La gran misión» que se estaba gestando. Lo peor era que, a pesar de mis intentos de mantenerme al margen, la noticia de que Luke y yo seríamos compañeros en esta misión se esparció más rápido que el rumor de un ataque de cíclope en las cercanías.
Pero como la vida en el campamento nunca es aburrida, me encontré arrastrada a más problemas de los que había previsto.
—¿Te has enterado de la misión? —me preguntó Annabeth una mañana, mientras caminábamos juntas hacia el comedor. El cielo estaba despejado, y los aromas de tocino y huevos revueltos nos guiaban como una especie de brújula olfativa.
—Sí, he oído algo —respondí con un tono que trataba de no sonar tan desinteresado como realmente quería estar.
—Es una locura. Nadie sabe exactamente de qué se trata, pero todo el mundo está hablando de ello. Incluso los centuriones romanos que vinieron de visita están interesados.
Me detuve un momento, procesando la información.
—¿Centuriones romanos? ¿Qué están haciendo aquí?
—Coordinación entre campamentos, ya sabes —respondió Annabeth, mientras se encogía de hombros—. Y tal vez un poco de competencia amistosa.
—¿Competencia? —repetí, arqueando una ceja.
—Ya sabes cómo son los romanos. Les gusta demostrar que son los mejores en todo —dijo con una sonrisa que mostraba que ella también disfrutaba de un buen desafío—. Creo que por eso Luke está tan entusiasmado.
Suspiré. Claro que Luke estaría entusiasmado. Cualquier cosa que implicara ganar, destacarse, o, preferiblemente, hacer enojar a alguien, lo entusiasmaba. Y ahora, con la adición de un poco de rivalidad con los romanos, la cosa solo iba a empeorar.
Cuando llegamos al comedor, el bullicio de voces se hizo más fuerte. El campamento estaba más lleno de lo habitual, con algunos campistas nuevos y varios visitantes, incluyendo a los mencionados centuriones. Me encontré buscando un lugar donde sentarme sin que llamara demasiado la atención, pero como siempre, el destino tenía otros planes.
—¡Ánemos, aquí! —gritó Luke desde una mesa en el centro del comedor.
Increíble. Luke Castellan, maestro de las malas ideas y de los gestos que llaman la atención.
