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꒰⠀⠀✶⠀⠀꒱⠀▬▬▬▬ ˑ ۫ . «Los Elegidos» 🌸




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El amanecer llegó demasiado rápido para mi gusto, y con él, una sensación de inevitabilidad que se arrastró bajo mi piel. La cabaña de Éolo, donde me hospedaba, siempre era un lugar de calma relativa, con los suaves vientos susurrando historias antiguas a través de las paredes. Sin embargo, aquella mañana, el viento se agitaba, inquieto, como si presintiera que algo estaba a punto de cambiar.

Me levanté y me vestí rápidamente, atando mi camiseta naranja del Campamento Mestizo y asegurando mis botas gastadas con manos temblorosas. Mi cabello castaño, aún desordenado, caía sobre mis hombros mientras intentaba despejar mi mente. Sabía que ese día se anunciarían los elegidos para la misión, y aunque trataba de no pensar demasiado en ello, la verdad era que la incertidumbre me comía por dentro.

El comedor estaba más animado que de costumbre. Todo el campamento estaba reunido, y la expectativa flotaba en el aire como una tormenta a punto de estallar. Los centuriones romanos, con su armadura brillante, se mezclaban con los campistas griegos, creando un paisaje de competencia velada. Aunque ambos campamentos eran aliados, la tensión era palpable.

Encontré a Annabeth y Percy sentados en nuestra mesa habitual, y me uní a ellos en silencio. Annabeth estaba inmersa en una conversación con Percy sobre estrategias, mientras él solo parecía interesado en el plato de panqueques y tocino frente a él.

—Hoy es el gran día, ¿eh? —dijo Percy entre bocados, levantando la vista para dirigirse a mí.

—Sí, supongo que sí —respondí, esforzándome por sonar despreocupada mientras me servía un plato.

—No te preocupes, Ánemos. Estoy segura de que, pase lo que pase, estarás bien —dijo Annabeth, dándome una sonrisa alentadora.

—Gracias —respondí, tratando de esconder mi nerviosismo detrás de una sonrisa mientras me llenaba el plato de panqueques—. Espero que estemos preparados para lo que venga.

Justo cuando iba a responder, Quirón apareció en el estrado, acompañado de una delegación de centuriones romanos y algunos de los consejeros más antiguos del campamento. Todos en la sala guardaron silencio de inmediato.

—Campistas, gracias por reunirse aquí esta mañana —comenzó Quirón, su voz grave resonando a través del comedor—. Hoy es un día crucial, no solo para nosotros, sino para la relación entre nuestros dos campamentos. Como muchos de ustedes ya saben, esta misión es una oportunidad para que demostremos nuestra unidad y fortaleza.

Las Crónicas de Mestizo: Vientos de Traición| PJO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora