Capítulo XIV - A las puertas de la razón

63 11 0
                                    

Sin que nadie se lo esperara el rey mago volvió a aparecer, pero no, ya no era el rey mago, era alguien más... Lucius Zogratis llegó a la capital del Trébol presentándose como el rey mago definitivo y tomando posesión de la hermana Lily y todo esto frente a Asta, para luego hacer que dicha mujer lo asesinara, o al menos eso pareció.
Luego de eso anunció que el día del juicio final se llevaría acabo en un lapso de 7 días.

Se extendió la búsqueda de Asta, misma que Nacht llevó a cabo, sin embargo Asta no apareció por ningún lugar. Nacht sugirió que había muerto, dejando a todos devastados, pues aclaró que con su magia de sombras podía llegar a todo aquello que tuviese una sombra, y que no se le hubiera dificultado llegar a Asta a menos que estuviera muerto o en lugar demasiado lejano. Los próximos días la moral de todos estuvo baja. Nadie podía creer que Asta, aquél chico lleno de sueños y determinación hubiese acabado así.

Sin embargo, no se resignaron a haberlo perdido, pues Nacht había dicho que existía la posibilidad de que estuviera vivo en un lugar muy lejano. Por ende siguieron su búsqueda. Pero todo seguía igual...

—¿Todo bien? Te noto pensativa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Todo bien? Te noto pensativa...

Durante las últimas semanas Deirieri no había estado muy conectada con la realidad, el sentimiento de culpa la carcomia constantemente, pero solo bastaba un par de palabras dulces de Morgen para hacerla olvidar esa culpa, después de todo, ella siempre fue muy susceptible a la opinión de Morgen.
Y ahora que Morgen estaba bajo la influencia de Lucius ella no podía evitar sentir esa ausencia de calidez; pero era Morgen, estaba ahí con ella y no tenía más remedio que dejarse influenciar por él pese a que sabía que no era lo correcto. Era la única oportunidad que tenía de tenerlo con ella y en esta ocasión no estaba dispuesta a dejarlo ir.

—¿Realmente te parece que todo esto es lo correcto? Porque yo...

—Es la décima vez que me lo preguntas en lo que va de la semana —respondió divertido— Se que no parece lo más factible, pero te lo juro, es el camino que se debe seguir para conseguir la tan anhelada igualdad.

—¿Realmente...?

—Dime una cosa Deirieri. ¿Qué hace cuando una vasija no está bien hecha?

—Se destruye para que se pueda volver a formar, pero de una forma perfecta en la siguiente ocasión...

—Exactamente ¿lo ves? No tienes por qué cuestionar a nuestro señor Lucius, además... Es como en los viejos tiempos ¿recuerdas? el señor Julius también quería la igualdad en el reino y trabajamos por su causa sin cuestionar. Pero ahora que nuestro señor Lucius hace lo mismo y se esfuerza aún más por esto, arriesgandose a que todos lo odien por no entenderlo, tú lo cuestionas....

—No... Yo solo...

—Deirieri. No te sientas mal, volverás a verlos a todos en el nuevo mundo. Nuestro señor Lucius ya nos lo aseguró.

Deirieri asintió, las palabras de Morgen la hacían sentir tan reconfortada qué ya ni siquiera pensaba de forma racional.

Poco a poco Deirieri se fue perdiendo en la frivola farsa que representaba esta "familia" hasta el punto de disfrutar de la compañía de los ahí presentes, como cuando atravesamos un desierto y nos aferramos al espejismo de un oasis, falso símbolo de nuestra salvación.

—Mi linda Pureza, mi adorable Morgen. ¿Les quedó claro lo que deben hacer el día de mañana?

—Si, mi señor Azrael —Morgen hizo una reverencia—

—Si, Azrael. —Deirieri también hizo una reverencia—

—¡Me encanta cuando son tan educados! Son un par de chicos muy especiales, cuando todo esto termine muero por verlos juntos por la eternidad. —se emocionó, Deirieri solo miró al piso— Ahora vayan a descansar, que mañana nos espera un día bastante pesado.

Ambos caminaron por los oscuros pasillos de aquél lugar, en completo silencio. Hasta que Morgen rompió el silencio.

—El regalo que mi señor Lucius me hizo fue impresionante.

Decía con su dulce sonrisa; Lucius le había otorgado un segundo atributo mágico, había sido bastante perspicaz con su elección. Ahora Morgen tenía magia de luz y magia de oscuridad, esto hacia que Deirieri recordara a Yami y los días en los que él y Morgen eran equipo.

—Si, bastante acertado...

—¿Qué hay de ti? ¿El señor Azrael no te otorgó algo?

Se quedó en silencio y negó con la cabeza. Pero en realidad Azrael si le había dado algo.

×××××××××××××××××××××××××××××××

Recuerdos de Deirieri.

—¿Por qué me haz traído aquí? ¿Qué es este lugar?

—Preciosa, haces muchas preguntas.

Sonrió de forma despreocupada mientras abría una puerta oculta detrás de una enredadera de espinas. Luego continuó hablando.

—Este será nuestro pequeño secreto, no se lo puedes decir a nadie ¿entiendes? Ni a tu adorado Morgen, pues si lo haces Lucius lo sabrá de inmediato.

Antes de que Deirieri pudiera decir algo, la puerta se abrió de inmediato dejando ver lo que parecía ser un laberinto.

××××××××××××××××××××××××××××××

—Dijo que con haberme traído de vuelta y hacer que el señor Lucius me diera un cuerpo y quedarme con su grimorio era suficiente.

—¿De verdad? —la miró sin dejar de sonreír—

Deirieri asintió. No había hablado mucho últimamente, después de todo ya ni siquiera sabía como hacerlo después de tantos años de encierro, siempre soñó con el día en el que pudiera hablar con Morgen otra vez, pero ahora solo quería dormir, dormir y soñar con el tiempo pasado.
Pues ahora no sentía la calidez de Morgen como en aquel entonces, y aunque le dolía admitirlo, poco a poco empezaba a ver que lo mejor que podía hacer era dejarlo ir y empezar un nuevo comienzo...

Y aunque otra parte de ella seguía aferrada a al idea de que aún podrían recuperar el tiempo perdido. Otra estaba dudando, casi a las puertas de la razón.

Entre Sangre y Sombras (Black Clover) - Segunda Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora