try hard | kv

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La clase de fotografía es una de las pocas que Jeongguk eligió fuera de su especialidad y, si le preguntas, es un gran calmante para el estrés, a pesar de que garantiza trabajo extra. Entre toda la ciencia objetiva y fría, él es aún más un artista; no es que la gente conozca esa parte particular de él, ya que no tiene muchas oportunidades de mostrarla.

Y la fotografía es una de sus pasiones, pero vaya, ¿no sería mucho más llevadera la clase si Kim Taehyung no asistiera también? Debido a que son las ocho de la mañana, está escuchando a Minghao hablar sobre lo repugnantes que son los condones con sabor a marihuana (¿por qué existen esos, en primer lugar? Pero sigamos adelante), cuando aparece una familiar cabeza roja y un uniforme desordenado.

Sin corbata, una vez más. La camisa está planchada, al menos, aunque los pantalones siguen siendo muy inapropiados (o tal vez la culpa es de Taehyung, que posee un trasero bastante prominente, pero ni siquiera vayamos allí) y se dirige al lugar habitual en la parte trasera del aula, como el delincuente que es.

Taehyung lanza una mirada hacia las ventanas, dónde Jeongguk siempre se sienta como un jodido protagonista de anime o lo que sea, y sin darse cuenta de que ha estado mirando, el más joven queda atrapado en el acto; el rostro de Taehyung se divide en una sonrisa y una ceja oscura se levanta.

"¿Me extrañaste, Jeon?" Llama a través del salón de clases, ganándose la atención de todos. Jeongguk ya puede escuchar los susurros, genial. "No babees demasiado mientras miras, cariño."

Jeongguk se burla, sintiendo sus mejillas calentarse un poco. Ese maldito apodo le molesta. "Me sorprende verte en clase, Kim", responde, tratando de actuar con tranquilidad. Siempre atraen demasiada audiencia. "¿Y por qué iba a mirar? Prefiero evitar tu molesta cara, gracias."

Lo más molesto siempre ha sido el hecho de que Taehyung simplemente no se ve afectado por nada de lo que dice. Tal vez sea parte de la razón por la que Jeongguk sigue discutiendo con él, porque no quiere nada más que ver el rostro de Taehyung retorcerse en humillación, pero se siente como una tarea imposible en este punto. Sin embargo, siempre está dispuesto a aceptar un desafío.

El pelirrojo simplemente finge hacer un puchero, con el labio inferior sobresaliendo. "Ah, qué cruel, cariño", dice burlonamente. "Y yo que pensé que tenías solo pensamientos bonitos sobre mi cara bonita, ¿no es tu discusión un grito de atención?"

La clase estalla en risas que intentan ocultar en voz baja o amortiguar en las mangas de las chaquetas de su uniforme, pero la diversión colectiva simplemente frustra a Jeongguk más allá de lo imaginable. Un amigo de Taehyung le da un codazo al pelirrojo en el costado, desviando su atención de él.

"Solo déjalo, Tae. El profesor llegará en un minuto", dice con un suspiro, ajustándose la chaqueta como si fuera una tía que vio a su sobrino comportarse en el jardín de infantes. Según lo que recuerda Jeongguk, incluso si considera delincuentes a todos los que andan cerca de Taehyung, este tipo se viste más como un hippie de muy buen gusto que cualquier otra cosa, este sería Kim Myungsoo, un conocido fotógrafo de su universidad.

Actúa como control de daños de Taehyung cuando ninguno de sus otros amigos está cerca y esta vez, es la gracia salvadora de Jeongguk de tener que humillarse aún más. Jodidamente genial.

"¿Por qué molestarse en responder, Gguk? Sabes que siempre ganará", le recuerda Minghao en voz baja desde el asiento de al lado, riéndose en su mano como el amigo leal que es. Jeongguk lo entiende (sus argumentos y los de Taehyung son cómicos en este punto, han sucumbido a los insultos del patio de recreo) pero no puede renunciar. Eso sería admitir la derrota.

"Ya veremos", murmuró Jeongguk, abriendo la cremallera de la bolsa que estaba en su regazo y sacando su libro como el buen estudiante que es e ignorando a Minghao riéndose bajo el sonido de su profesor abriendo la puerta y entrando al salón de clases.