Estaba a punto de tomar, lo que sería según él, la mejor decisión de su vida.
Escribía lentamente sobre la hoja de papel encima del escritorio, contando los pocos segundos que le quedaban mientras sus ojos empezaban a lagrimear, otra vez. Quería encontrar las palabras perfectas para describir lo que sentía, lo mal que estaba y porqué hacía lo que estaba pensando hacer. Se levantó casi temblando, sus ojos estaban rojos y llenos de ojeras muy notorias, solo quería terminar con todo de una vez.
Acomodó el pequeño banquito como pudo, justo abajo de la soga con la que pensaba suicidarse, se detuvo, paralizado. Por primera vez se puso a pensar en lo que estaba por hacer, el pensamiento de que estaba siendo muy exagero llegó e invadió su mente en tan solo un segundo. Ya no sabía que hacer, sentía que su vida era una mierda y quería terminarla, pero la cobardía se había apoderado de él en muy poco tiempo y eso lo estaba haciendo perder la cabeza, sentía miedo, frustración y sobre todo, se sentía inútil.
Se sentó sobre el piso, abrazando sus piernas mientras empezaba a llorar con muchísima más fuerza, quiso buscar el cúter con la mirada pero le era imposible, tenía los ojos borrosos. Se quedó ahí, tirado sobre el suelo mientras intentaba recobrar esas fuerzas para terminar con su vida.
Pasaron diez minutos dónde no se movió en absoluto, su llanto había cesado y lo único que podía ver era la soga enfrente suyo. Imaginaba cosas como, cómo sería su vida junto a Enzo, o cómo sería si sus padres lo aceptaran tal cual era, cómo sería si tuviese amigos, o ser social, o simplemente amarse a sí mismo.
Se paró, había tomado una decisión. Su corazón latía fuerte y solo pensaba en que si hacía eso, en otra vida sería normal, con padres normales y con gustos normales.
Cuando estaba por subirse, escuchó ruidos en su ventana, como si alguien la estuviese golpeando con algo. Miró la soga nuevamente y suspiró con fastidio. Se dirigió hacia la ventana, con las esperanzas en cero. Corrió las cortinas oscuras que tapaban toda la luz del sol, y cuando le dio este en la cara su vista se encandiló, pero rápidamente se acostumbró y miró para abajo.
Parecía un sueño, algo de no creer. No sabía si era su imaginación intentando salvarlo de la tragedia que estaba por hacer o de verdad Enzo estaba ahí abajo sonriéndole con todo el amor del mundo.
Se quedó paralizado por un rato, pero Enzo le hizo unas señas con las que entendió que iba a subir. Miró para atrás, hacia la soga que colgaba en su techo y rápidamente intentó sacarla, por su desesperación no pudo y cuando miro hacia la ventana Enzo ya estaba entrando.
Sus ojos empezaban a lagrimear con fuerza mientras veía a Enzo con su mirada posada detrás suya, Su mejor amigo lo miró con muchísima preocupación, corrió hasta él y envolvió a Julián en sus brazos y empezó a llorar.
-Julian porfavor decime que esto en una joda de muy mal gusto - Le habló mientras sollozaba, deseando que todo fuese una broma.
Julián no dijo nada, solamente se dignó a soltar las lágrimas que venía acumulando hace rato y abrazó con mucha más fuerza a Enzo.
-Juli, armate un bolso o algo, nos vamos a la mierda de acá - Dijo mientras se separaba y agarraba al otro de los hombros, haciendo que lo mire a los ojos.
Julián no dudó ni un segundo y le hizo caso a su amigo, buscó solamente su ropa, no tenía nada importante en su habitación, solo pósters de algunos jugadores de fútbol y muñequitos de estos.
Enzo solo miraba con cierta decepción hacia la soga, no iba a preguntar porqué iba a hacer eso, sabía cada mínimo detalle de la vida de Julián, y por alguna razón, sabía que esto pasaría algún día, solo no pensó que sería tan pronto.
Julián lo miró, tenía los ojos cansados, Enzo podía ver sus brazos, llenos de marcas y cicatrices, su piel pálida con algunos moretones, sus ojeras y ojos rojos. Se sentía terrible, ver a su mejor amigo así le daban ganas de cambiar su vida por la de él y cargar él mismo con todos sus problemas.
Enzo se le acercó y lo tomó por los cachetes, lo miró a los ojos y sintió como Julián se ponía nervioso. Observó su rostro con detenimiento, acarició sus mejillas con sus pulgares mientras sus ojos bajaban lentamente hacia su boca, se moría de ganas de besarlo, lo admitia, pero sentía que no era el momento. Desvío su vista nuevamente hacia sus ojos.
-¿Ya estás?
El chico solo asintió, todavía tenía las manos de Enzo en su rostro y sentía que se moría ahí nomás.
Se las arreglaron para bajar por la ventana, Enzo lo ayudo agarrándolo de la mano para que se sienta confiado. Después de eso solo corrieron, corrieron sabiendo que esa vida había acabado y ahora mismo comenzaba otra. Julián sentía como el viento le acariciaba el pelo y por primera vez en su vida se sentía libre. Empezó a reír mientras corrían por ahí, contagiando a Enzo quien solo lo seguía mientras lo agarraba de la mano.
Pararon cuando llegaron a un campo, no habían corrido mucho, vivían en una sola alejada a la ciudad y el campo les quedaba solo a unas cuadras.
Todavía seguían agarrados de las manos, Julián solo miró el atardecer mientras sentía como el aire fresco le despeinaba los pelos. Enzo, sin dejar de verlo, sonrió al ver a su chico sonreír después de tanto tiempo, se sentia feliz.
Julián lo miró y no pudo dejar de sonreír, susurró un "Gracias" haciendo que Enzo se muera de amor. Después de tanto mirarlo y discutir con su mente por lo que iba a hacer, lo agarró del mentón y unió sus labios con los del castaño.
Un beso suave, lento y lleno de amor, Julián estuvo esperando toda su vida este momento y por fin estaba pasando, sentia como esa tristeza que sentía hace un momento se convertía en felicidad, sentía que su vida ya no era tan mierda después de todo.
☀︎︎
Habían caminado hasta una cabaña medio abandonada que estaba por ese campo, Enzo le había contado que se iban a quedar ahí por unos días hasta que sea el día del vuelo a España. Julián solo quedó paralizado y empezó a llorar, pero esta vez de felicidad. Sentía que Enzo le estaba solucionando la vida y sentía que era demasiado para él. Abrazó con fuerza al chico y empezó a agradecerle mientras lloraba desconsolado.
Enzo le levantó el rostro, haciendo que este lo vea a los ojos, le sonrió y juntó sus labios con amor. Enzo sabía que esto era un cambio muy grande para Julián, el se lo merecía después de todo. Es un chico que había pasado por muchas cosas y sin embargo estaba ahí, de pie, seguía luchando por él mismo y eso lo enorgullecía mucho.
Pasaron los días y por fin habían llegado al aeropuerto, estaban emocionados, nunca habían viajado a España y esto era un salto muy grande para ambos.
Julián confiaba plenamente en Enzo, este le había dicho que había conseguido una casita a bajo costo, desconfiaba un poco pero era un gran avance. Solo quería dejar esa vida que tenía para comenzar una completamente nueva junto a su, ahora, novio.
Se sentía feliz, después de mucho tiempo se sentía bien y sabía que lo que venía era grande.
☀︎︎
Habían pasado siete meses desde que se mudaron a España, ambos habían conseguido trabajo y eran felices juntos. Habían adoptado a un gatito para cuando uno de los dos se iba a trabajar, así les hacía algo de compañía.
Julián había dejado de autolecionarse y Enzo estaba orgulloso de él. Se sentía muchísimo más feliz y se sentía orgulloso de él mismo.
Después de todo, había logrado lo que quería, aceptarse a así mismo.
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☀︎︎ᴄᴀʀᴛᴀs sᴜɪᴄɪᴅᴀs¡ | ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴ
ФанфикJulián Álvarez; Un chico con depresión diagnosticada, con problemas por su sexualidad y enamorado de su mejor amigo. Enzo Fernández; El chico más heterosexual que podrías conocer, con novia y mejor amigo de Julián. ¿Que podría pasar?...