You Are The Dream I Live In

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Hongjoong se tomó un momento para respirar el frío aire matutino, el aroma de cuando el sol está por llegar. Para muchos no era un aroma detectable, pero tras pasar muchas madrugadas en vela y estar fuera la mayor parte del tiempo justo antes de la alborada, era un olor con el que era familiar, una calma indescriptible. Eran sólo unos breves momentos en los que la naturaleza tomaba vida, el rocío bañando cada superficie posible, pájaros comenzando su alegre cantar, un momento de paz antes de que los trabajadores madrugadores y ciudadanos comenzaran su día y Seúl se llenara del bullicio de ciudad.

Metió las manos en sus bolsillos después de acomodarse la mascarilla sobre su nariz y boca, agachando un poco la cabeza, sentía cansancio sobre sus hombros, pero estaba feliz, feliz de que por fin había logrado tener algo que le gustará lo suficiente como para enseñarle a Seonghwa, feliz porque sabría que el otro, su novio, se alegraría por ello y la verdad, Hongjoong siempre haría lo posible por verle sonreír. Hongjoong se desvivía por ver una sonrisa en el rostro de Seonghwa.

Decidió pasar por el dormitorio de su novio antes que llegar al suyo, todos los miembros sabían de su relación hacía bastante tiempo. Hongjoong había aceptado vivir separado de él, porque según sus palabras "tenía que tener tiempo para extrañarlo", sí, no muchos podían regodearse del hecho de que trabajan con su alma gemela, con el amor de su vida, pero en momentos era necesaria la individualidad, en su carrera que pasaban más de doce horas juntos en ocasiones, eran necesarios pequeños momentos en los cuales extrañarse, a pesar de que Hongjoong en más de una ocasión quisiera jalarse los cabellos por lo mucho que extrañaba al otro; era en momentos como ese en los que se escabullía al otro dormitorio, y bien Seonghwa podría hacer lo mismo, pero según él no podía estar más de dos segundos en la habitación de Hongjoong sin sentir la increíble necesidad de ponerse a limpiar a profundidad, oh bueno ¿que se le podía hacer?

Introdujo el código de acceso con cuidado, esperando que el sonido de la puerta no despertara a nadie, se quedó un momento en el vestíbulo, después de quitarse los zapatos, intentando escuchar algún indicio de que alguno de los miembros estuviera despierto, pero sólo se oía el distante zumbar del refrigerador. Avanzó con cuidado por el pasillo en dirección a las habitaciones, oyendo ahora los fuertes ronquidos de San irrumpir con el silencio apacible; se rió para sí mismo, recordando esas pequeñas peleas que surgían porque alguien le aventaba un peluche en la cara a San ya que no dejaba dormir con sus ronquidos de motorista.

Abrió con cuidado la puerta de la habitación de Seonghwa, escabulléndose dentro. Estaba en completa oscuridad, algo de luz añil entrando por los resquicios de las ventanas, la cual iba aclarándose más y más, así como por una pequeña lámparita de noche puesta sobre su escritorio. Observó un momento la escena frente a él, Dios, sí que era un idiota enamorado, pero ¿qué podía hacer cuando su novio era un ser tan perfecto y etéreo como Park Seonghwa?

El otro chico estaba dormido plácidamente hecho un ovillo en las sábanas, el sonido de su respiración acompasada indicándole la profundidad de su sueño, su cabello estaba ya demasiado largo, y Hongjoong sabía que a Seonghwa le encantaba así y él no se había opuesto a que lo dejara crecer, en esos momentos los lacios mechones caían sobre su rostro apacible, sus labios gruesos e invitantes estaban entreabiertos un tanto y Hongjoong no pudo evitar suspirar, sintiendo esa conocida punzada en su corazón, una punzada de inmenso afecto.

Dejó su mochila en el piso, y se despojó de su chamarra dejándola con cuidado sobre la silla del escritorio, sabía que Seonghwa odiaba por completo que alguien se acostará en su cama con ropa de diario, así que comenzó a desnudarse hasta quedar en ropa interior; cuando estuvo a punto de quitarse los pantalones, perdió un tanto el equilibrio y se golpeó duramente el dedo meñique del pie con una de las estanterías en las que su novio guardaba sus coleccionables, Hongjoong hizo lo posible por ahogar el grito que salió de su interior por el dolor, fallando estrepitosamente en ello.

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