La actual semana fue bastante pesada para ambas mujeres. Tanto así, que en sus días de descansos lo único que hacían era pasárselas durmiendo.
Kang Haerin, con respecto a su salud, cada vez se mejoraba un poco más. Danielle dejo de visitarla desde aquella vez, lo que causaba que la gatita se sienta melancólica, por así decirlo.
Y, Pham Hanni daba lo mejor de ella para que su amiga no se sintiera tan mísera. Pero, recientemente era intrincado. Debía tener tiempo para su pequeña felina y también para su pareja, la ya antes renombrada, Kim Minji.
***
---¿Pagará con efectivo o con tarjeta? ---Consultó Haerin, escaneando el último producto.
---Con efectivo, dulce muchachita ---Contestó una anciana de la tercera edad, con una sonrisa retratada en su arrugado rostro.
---Muy bien ---Haerin devolvió la cordial sonrisa.
Al completar la jornada e antes de marcharse a su hogar. Hyein charló con Kang.
---Oye, ¿te enteraste? ---Dijo la prominente.
---¿De qué?
---Al parecer el jefe de la empresa renunció y uno nuevo lo reemplazará.
---¿De verdad? Tal vez sólo sea un rumor, ya sabes como son aquí.
---¡De verdad Hae! Yo misma lo escuché. Dijeron que se presentaría mañana.
---Espero que no cierren la empresa, aunque si lo hacen puedo conseguir otro trabajo.
---No creo que lo hagan.
---Bueno, debo regresar a mi casa. Te veo mañana, Hyein.
---¡Adiós Hae!
***
"¿Quién será nuestro nuevo jefe?"
"¿Por qué el antiguo renunció?"
"¿Nos tratará mal?"
"¡¿Cerrará la empresa para siempre?!"
---¡Kang Haerin! ---Exclamó la de Vietnam, con indignación.
---¡Perdón! ¿Qué sucede?
---¡Pase tres malditas horas metida en la cocina, para qué tú no probaras ni un sólo bocado!
---Perdóname Han, es que no tengo apetito está noche.
---Mocosa insolente. Rechacé mi cita con Minji está noche solo porque quería tratar de cocinarte ---Entrecruzo sus brazos.
---Unnie no debías hacer esto. Pero me parece muy tierno que hayas intentado cocinar para mi, muchas gracias.
---Idiota.
---Está bien, voy a comer todo ---Agarró sus palillos.
---Pero la comida ya se enfrió.
---No importa. Seguirá estando delicioso.
Dicho eso, la menor probó la comida de su unnie. La cual impactantemente estaba sabrosa en verdad.
---¡Está muy rico unnie!
---No mientas.
---¡Lo juro!
Pham no pudo impedir que una sonrisa de gozo se implante en ella.
Las dos durmieron como de costumbre esa noche. Sin imaginar lo que vendría a continuación.
***
---¡Buenos días Hae! ---Saludo Lee.
---Buenos días, Hyein.
---Oye, ¿recuerdas lo qué te dije anoche?
---¿Sobre lo de el nuevo jefe?
