"Llamas y Tormentas: Crossover Black Clover y Fairy Tail" NATSU X YUKINO

EL INICIO

EN UNA TARDE LLVUIOSA

IGLESIA DE HAGE

La neblina matinal envolvía silenciosamente los alrededores de la antigua iglesia de Hage. Zeref, con un gesto sereno pero cargado de dolor, se detuvo frente a las puertas gastadas de madera, sosteniendo un canasto entre sus brazos. En su interior, yacía un bebé envuelto en una manta roja, sus pequeños puños cerrados y su respiración tranquila denotaban la inocencia de la infancia. Una nota cuidadosamente escrita descansaba al lado del bebé, una última comunicación antes de dejarlo atrás.

Zeref depositó su carga con delicadeza en el umbral de la iglesia, su mirada llena de pesar recorrió una última vez el lugar. Susurros de despedida escaparon de sus labios mientras se alejaba, dejando atrás al bebé y al destino incierto que le aguardaba.

Minutos después, en un giro del destino, llegó Licita, con otro canasto en sus brazos. Dentro, un bebé de cabello blanco lloraba con desconsuelo, sus ojos inocentes buscando consuelo en un mundo desconocido. Con un corazón pesado, Licita dejó el canasto junto al otro en el umbral de la iglesia, susurros de promesas de amor y cuidado flotando en el aire.

El Padre Orsi, un hombre de semblante amable pero marcado por los años de servicio, salió de la iglesia en ese preciso momento. Sus ojos se abrieron con sorpresa al descubrir los dos canastos y, dentro de ellos, los recién llegados que ahora lloraban en busca de consuelo.

Padre Orsi: (con asombro y preocupación) ¡Oh, por los dioses! ¿Qué tenemos aquí?

Con manos hábiles pero gentiles, el Padre Orsi levantó a los bebés de los canastos y los llevó al interior de la iglesia. Los depositó suavemente en una cama cubierta por una manta suave, junto a otro bebé que yacía pacíficamente dormido. La luz tenue del amanecer filtrándose por las ventanas iluminaba la escena, pintando un cuadro de esperanza y misterio en el lugar sagrado.

Padre Orsi: (acariciando las cabezas de los bebés con ternura) Bienvenidos, pequeños. Parece que el destino ha reunido a tres almas jóvenes en este humilde lugar. No temas, estaréis a salvo aquí.

Los bebés, aún envueltos en el manto del sueño o la angustia, no respondieron, pero sus ojos inocentes parecían absorber las palabras reconfortantes del Padre Orsi.

El destino había tejido sus hilos en esa mañana tranquila, entrelazando las vidas de Natsu, Asta y Yuno en un lienzo de incertidumbre y posibilidad. Mientras tanto, la iglesia de Hage se convirtió en el hogar temporal de tres destinos entrelazados por un futuro aún por descubrir.

15 AÑOS DESPUES

La mañana se extendía en la tranquila iglesia de Hage, con los primeros rayos del sol filtrándose a través de las ventanas y pintando patrones de luz en el suelo de piedra pulida. En el centro del espacio sagrado, Asta, ahora un joven de 15 años, se encontraba frente a la hermana Lily, con el rostro lleno de determinación y los puños apretados con fuerza.

Asta: (con fervoroso entusiasmo) ¡Hermana Lily! ¡Hoy es el día en que finalmente te confesaré mis sentimientos! ¡He esperado tanto tiempo para decirte cuánto te amo!

La hermana Lily, una figura serena y comprensiva con un aura de bondad, miró a Asta con sorpresa, sus suaves ojos verdes parpadeando con incredulidad ante la declaración repentina.

Hermana Lily: (con dulzura) Oh, Asta, eres un joven tan valiente y amable. Pero ya te he dicho antes que nuestro vínculo es de hermano y hermana en la fe.

Asta: (sin dejarse desanimar) ¡Pero no puedo evitarlo, hermana Lily! ¡Mi corazón arde por ti como el fuego de un dragón! ¡Debo expresar mis sentimientos, aunque sea una y otra vez!