En el bullicioso patio central de la prestigiosa academia, Kim Taehyung, un omega cuya belleza resplandecía como el sol al amanecer, caminaba con la elegancia natural de quien no necesita esfuerzo para atraer miradas. La suavidad de su rostro contrastaba con la firmeza que irradiaba desde su interior. Con cada paso, era imposible no notar su presencia; sus ojos, grandes y brillantes, parecían guardar secretos y sueños que solo él conocía.
Su cabello ondulado caía en suaves mechones, moviéndose ligeramente con la brisa que corría entre los pasillos. Esa tarde, lo llevaba suelto, lo que resaltaba aún más su aspecto angelical mientras caminaba por los alrededores del gimnasio, donde las actividades deportivas de la escuela tenían lugar. Una sonrisa distraída y luminosa adornaba su rostro, la misma que solía robar suspiros de los estudiantes que lo observaban desde las bancas o los salones cercanos.
Cerca de la cancha de entrenamiento, sus ojos se posaron, casi por instinto, en Jeon Jungkook, el alfa que había acaparado la atención de todo el equipo de fútbol americano de la escuela. Jungkook se movía con una precisión felina, su cuerpo atlético era una manifestación de fuerza y destreza. La camiseta empapada de sudor se pegaba a su piel, revelando músculos bien definidos, producto de horas de entrenamiento. Taehyung no pudo evitar admirar la forma en que Jungkook se enfocaba en cada movimiento, como si el resto del mundo desapareciera en esos momentos.
"¿Por qué me atrae tanto?", pensó Taehyung, sintiendo el inconfundible hormigueo en su pecho mientras observaba a Jungkook durante la práctica del equipo de fútbol americano de la escuela. Desde su lugar en las gradas, podía verlo moverse con precisión y determinación, como si cada golpe al balón llevara un mensaje que solo él deseaba descifrar.
Taehyung se quedó quieto, incapaz de apartar la mirada. El sonido de los silbatos y los gritos de los compañeros de Jungkook parecían amortiguarse, como si el tiempo se ralentizara. Allí, en medio del bullicio de la práctica, solo podía enfocarse en él, en la forma en que dominaba el campo con su presencia imponente y su mirada decidida.
Con un nudo formándose en su garganta y el corazón latiendo más rápido de lo que podía controlar, Taehyung decidió que hoy sería el día en que finalmente lo saludaría. Respiró hondo, tratando de calmar el temblor en sus manos, y comenzó a avanzar hacia Jungkook, que ahora descansaba a un lado del campo, bebiendo agua y secándose el sudor de la frente con una toalla.
Mientras se acercaba, distraído por el torbellino de nervios que sentía, no vio una pequeña piedra en su camino. Tropezó torpemente y cayó de rodillas frente a Jungkook, dejando escapar un leve grito de sorpresa. Alarmado por el sonido, Jungkook rápidamente dejó su botella y se inclinó para ayudarlo a levantarse, con los ojos llenos de preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook, su voz profunda impregnada de preocupación mientras su mirada se posaba firmemente en Taehyung. Había algo en la intensidad de sus ojos que hacía que el corazón de Taehyung latiera aún más rápido.
Ruborizado y con las manos temblorosas, Taehyung apenas pudo levantar la mirada. Las palabras se le trababan en la garganta.
—S-sí... lo siento mucho, fue un accidente... —tartamudeó, esforzándose por recomponerse mientras sentía el calor de la cercanía de Jungkook. El aroma a bosque que desprendía el alfa lo envolvía, casi como un abrazo invisible que lo hacía sentir expuesto.
—Descuida —respondió Jungkook, esbozando una sonrisa cálida que parecía iluminar todo su rostro—. Todos tenemos esos momentos.
Taehyung tragó saliva, aún nervioso, mientras la presencia de Jungkook lo envolvía completamente. La cercanía del alfa le resultaba embriagadora.
—Yo... solo quería decirte que he visto cómo juegas. Eres... increíble —logró decir Taehyung, su voz temblorosa pero sincera, cada palabra cargada de admiración.

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DILEMMA | KOOKV
Teen FictionOMEGAVERSE | Jeon Jungkook, el alfa popular, hace una apuesta para conquistar al omega Kim Taehyung. Pero cuando los sentimientos entran en juego, las reglas cambian.