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ESEN SE CRUZÓ DE BRAZOS, la sensación de ardor en el pecho no se iba, solo iban un par de segundos desde que el teniente había colocado su mano en la barbilla de Yildiz, pero para la castaña se sentía una eternidad.

—Yildiz, adentro.—Dijo lo suficientemente alto para que su hermana la escuchará.

Respiró aliviada cuando Yildiz comenzó a caminar hacía ella y entró a la casa sumamente molesta, por su parte Esen le dió una última mirada al teniente, quién también se había quedado mirando a la castaña más tiempo del necesario. Cómo ninguno rompía contacto, ella entró a la casa cerrando la puerta de un portazo, ni siquiera entendía porque se molestaba así, escucho la discusión que tenían sus hermanas en la sala de estar y solo rodó los ojos fastidiada por la situación.

—¿Qué demonios les pasa?—Cuestionó entrando a la sala, ambas la miraron.

—Hilal actuando imprudente como siempre...

—¿Tú hablando de imprudencias?—Se jacto la menor con molestia.

—Ya basta ustedes dos. Hilal tiene razón Yildiz, no puedes ser simplemente amiga de un teniente griego...—Regañó a la pelinegra que se cruzó de brazos.

—Eso no es algo que les importe.

—Nos importa y mucho, ¿te recuerdo quien casi mata a Ali Kemal y encerró a mamá? los griegos.—Espetó Hilal con tono cansado.

—Los griegos pero no específicamente León.—Reprocho no dando el brazo a torcer.

Así que así se llama. Pensó Esen.

—Basta de discusiones, debemos ir a revisar a mamá Hasibe, después cuando liberen a nuestra madre veremos qué hacer con tus asuntos Yildiz.—Dijo Esen con tono autoritario, después de todo seguía siendo la mayor en la situación.

—Agradezcan que lo conozco porque de no ser así nosotros no hubiéramos salido vivas de esa situación.—La pelinegra declaró alejándose escaleras arriba claramente molesta.

—Me saca de quicio.—Bufó Hilal sentándose en una de las sillas del comedor.

—Ella es así no podemos simplemente cambiar su opinión.—Esen musitó poniéndose junto a su hermana y poniendo una mano sobre su hombro.

Fueron demasiadas emociones en un solo día y Esen se sentía intranquila de alguna forma, casi superaba aquel día que quedó atrapada entre escombros que sintió su pequeña cabeza ser prisionera por varias emociones a la vez, Hasan había sido asesinado y lo que era peor, quién cometió tal acto era ese hombre que había visto en la tienda de Eleni el otro día, aquel que ahora estaba teniendo una relación amistosa con Yildiz quién siempre a tenido debilidad por los griegos.

—¿Te dolió?—La pregunta de Hilal la hubiera molestado si fuera por una circunstancia diferente, pero la castaña solo suspiro mientras asentía.

—Mis sentimientos nunca iban a ser correspondidos pero definitivamente lo extrañaré como amigo y compañero.—Le respondió con sinceridad a lo que Hilal asintió aceptando su respuesta.

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⏰ Última actualización: Jul 12 ⏰

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𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒⸻ Leónidas P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora