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ESEN PASO EL RESTO DEL DÍA EN CASA, Yildiz la había abandonado por no haber aceptado la propuesta de ese baile y, a lo que escucho decirle a Eleni, iría a buscar a Ali Kemal para pedirle un favor, lo cuál sería sin duda alguna que la cubriera en caso de que Azize los regañara por estar fuera tan tarde.
La castaña simplemente se ocupo de algunos deberes en su hogar, inclusive decidió no acompañar a la abuela Hasibe al cementerio, parecía querer darle privacidad a su abuela, por otro lado no optó por ir con los del periódico y Hilal, sabía que su hermana estaría molesta con ella por haber ido tras Yildiz a cumplir sus "caprichos egoístas" como les decía comúnmente.
Simplemente tuvo otro día monótono, como le gustaban, al darse la noche se encontraba recargada en el sofá de la sala mientras mamá Hasibe encendía una lámpara, la puerta fue abierta y en pocos segundos Azize entro con una expresión decaída.
—Volviste. Iré a prepararte algo de sopa.
—No. No quiero nada mamá Hasibe. —Azize se sentó junto a su hija.—¿Dónde están los muchachos?
—Yildiz fue con su hermano al teatro.—Oh, así que ese fue el favor. Pensó Esen.—Y Hilal debe estar con sus amigos.
—Si Hilal esta con ellos, ¿Porque tú estás aquí?—Azize miro interrogante a su hija.
—No me apetecía salir, me sentía un poco mareada.—Esen explico poniendo la palma de la mano en su cabeza.
Era mentira, Hilal se había molestado con ella por haber preferido acompañar a Yilidz a una tienda de ropa que ir con ella y con sus amigos a entregar panfletos sobre los escritos de HalicItbal.
—No deberían salir ahora, es peligroso.—Azize suspiro tomando laa mano de Esen.
—Seguro ya escuchaste acerca de las "buenas nuevas" para los griegos.—La castaña suspiro recordando el periódico que había leído antes de volver a casa.
—Bueno tus hermanas y hermano ya estan grandes, pueden cuidarse bien.—Mama Hasibe tomo asiento junto a Azize. Esen le dio una mirada preocupada a la abuela cuando noto la mirada perdida de su madre.—Azize, ¿Qué pasa?
—Es Tevfik.—Respondió después de casi un minuto de pensar si decirlo o no.—Me pidió hoy que me case con él.
—No te mortifiques hija querida, ¿Ya le respondiste?—La abuela Hasibe tomo la otra mano de Azize como muestra de apoyo.
—¿Y que voy a responder?—Hizo una pausa.—¿Qué cree?
—No es una desición fácil, mamá.—Esen le dió un ligero apretón en la mano.
—Has estado esperando por tanto tiempo a Cevdet, se que te preocupa mucho lo que pase si regresa algún día.—La mayor hizo una pausa.—Él ya hubiese venido si estuviera vivo, resignate hija...él se fue y lo sabes bien, es mejor que sigas adelante.
