𝟎𝟐

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𝕵 | 𝕵𝖚𝖘𝖙𝖎𝖓𝖆 𝕷𝖊𝖎𝖛𝖆

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Paso un rato que acomode mis cosas en la pieza que básicamente fue dejar mi valija en la cama que por cierto, solo habían dos camas disponibles por lo que elegí la que estaba más cerca de la de Zoe que, dada la casualidad era la que estaba al lado de la de Lucia.

Después volví al gran patio de la casa, en el cual solo se escuchaba el bullicio de todos junto con sus risas. Había un grupo de personas en la mesa de afuera mientras el otro estaba en el sillón, ví que las chicas estaban ahí por lo que opte ir con ese grupo.

Me había tomado el tiempo de conocerlos a todos o de tratar de hablarles, pero la timidez y la vergüenza se apoderaban de mi por lo que estaba dos segundos hablando con alguien y después ya estaba en silencio, porque no sabía cómo seguir la conversación o buscaba las palabras correctas para hablar con esa persona.

Me ponía nerviosa porque había veces que me cerraba mucho y me costaba demasiado hacer amistades.

Sabía que tarde o temprano iba a tener que entablar aunque sea una conversación normal con cada persona, pero no era tan buena sociabilizando con gente nueva.

Pero tampoco ellos tenían la culpa. Todo estaban con la mejor onda y con unas pilas, pero como dije, era muy vergonzosa al principio por lo que solo hablaba lo justo y lo necesario.

Me habían caído todos bastante bien, a excepción de Alan y Hernán, que no eran de mala ni nada, pero no me terminaban de cerrar. No era de esas personas que criticaba o ya no le daba chance a alguien a primera vista, pero sentía algo totalmente diferente cuando ellos me veían de arriba a abajo y murmuraban... Cómo desagrado. Pero igual, probablemente más adelante hablaríamos y cambiaría o no de opinión, pero mejor de lejitos por ahora.

Cómo algunas personas no me cerraban, habían otras con las cuáles apostaba que me iba a llevar muy bien. Cómo Zoe y Rosina, había hablado muy poco con Rosina pero con lo poco que hablamos pegamos buena onda.

En fin, ahora estábamos en el sillón de la galería hablando sobre nosotros o nuestras vidas.

Mientras escuchaba a Juliana hablar, me puse a pensar que me había llamado mucho la atención su personalidad y por ser tal cuál cómo era, o eso aparentaba. Pero me quedé pensando en que probablemente yo no sería así como soy ahora, podría ser yo misma pero como siempre trataba de encajar en los grupos cambiaba mi personalidad o mi forma de hablar, solo para encajar.

—Eu Justi, ¿tenés algún apodo o algo así? Tipo te podemos decir de otra manera si querés —Dijo Lucia sacándome de mis pensamientos.

—Mmm, la mayoría siempre me dicen Justi, Ju o Tina —Respondi jugando con mis dedos— Pero mi familia suele llamarme rubia, no sé por qué —Frunci mis labios.

—Y porque sos rubia boluda —Respondio Agos mientras reíamos.

—Encima tenés re lindo el cabello. Se nota que te lo re cuidas —Dijo está vez Rosina mirandome detenidamente mientras lo tocaba.

𝐒𝐔𝐑𝐄 𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 | L. MAIDANA GHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora