El ojo de Dios

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El ojo de Dios es una extraña flor de color azul y amarillo.
Inteligencia, belleza, alegría, confianza, seguridad,... son los adjetivos que se le asignan a esta planta que empezó a aparecer en el año 30-X.
Existe la creencia popular de que esta planta está conectada a Dios ya que en su centro se encuentra lo que parece un ojo de color azul penetrante que parece estar siempre mirando, muchos afirmaban sentirse observados por esta  planta aunque en el presente esta flor es tan común que la gente se ha acostumbrado a encontrarla por todas partes, crece en lagos, ríos, en la montaña, en la playa, en bosques y jardines, es resistente a cualquier tipo de clima o factor meteorológico, no se sabe muy bien cual es su esperanza de vida ya que es muy raro encontrar una de estas flores marchitas incluso llegará a no marchitarse nunca si es arrancada.

[CAPÍTULO PRIMERO- Nuevo significado]

Era un día de verano como cualquier otro, soleado, tranquilo, los niños corrían por las calles del pueblo, se perseguían, jugaban a la pelota, volaban cometas, otros aprovechaban el buen tiempo para darse un chapuzón en el río o para pillar algún escurridizo pez sin resultado alguno.

[] ¡Vamos Akira! El agua está estupenda ¡Y casi pillo un pez! -gritó el chico de pelo blanco antes de volver a sumergirse-

[Akira] Ya sabes que no me gusta el agua Zakur- ah, ya se ha sumergido -suspiró el pelinegro antes de mirar al despejado cielo- Hay algo extraño -pensó ante tanta tranquilidad aunque algo le sacó de sus pensamientos, alguien más bien- ¡!

[Zakuro] ¡AAAAAAAH! Malditos peces, es imposible pillarlos -maldecía el chico que en más de 2 horas no había pillado ni un solo pez-

[Niña del río] ¡Míra hermanito he pillado uno! -esta levantó el brazo con un pez en la mano, cabe destacar que no llevaba ni 10 minutos en el río-

[Zakuro] -su mirada se dirigió hacia la niña, entre sorprendido, avergonzado y envidioso se abalanzó sobre la niña- ¡¿Como es posible?! Llevo 3 horas aquí ¡Y nada! -se lamentaba a los pies de la niña-

[Niña del río] -consolaba al chico- Me han ayudado -señaló hacia un punto donde aparentemente no había nada-

[Zakuro] -Miró detenidamente hacia el punto sin ver nada, imaginó que se trataba de algún amigo imaginario- Aaah... ¿como se llama?

[Niña del río] ¿Quien? -le miró sin entender su pregunta- son ojos de Dios bobo -volvió a señalar al mismo punto, lleno de flores- ellas han atrapado al pez por mí, son unas flores muy buenas

[Zakuro] -volvió a mirar a las plantas desanimado, no había recibido ningún consejo, solo había escuchado cosas de niños. Sumergido en sus pensamientos empezó a sentirse observado, miró a un lado, al otro  nadie le miraba, Akira estaba tumbado mirando al cielo, quizas hasta dormido, nadie más cerca, la mayoría de niños estaban a la suya o sumergidos, nada, se estaba sintiendo algo incómodo incluso, no encontraba los ojos que le miraban hasta que el punto antes señalado llamó su atención, las plantas, las miró, le miraban, parpadeó, eran flores normales y corrientes- Debo estar muy cansado, me estoy imaginando cosas...

¡Akira! -Gritó mientras salía del agua y se acercaba a el- Oye, contestame si estás despierto cabezón

[Akira] ¿Hm? Ah, perdón, estaba pensando en mis cosas -el chico se levantó y golpeó el hombro del chico-
Esto es por haberme asustado antes, casi me da un infarto cabeza hueca.

Ya era medio día, el sol estaba en su punto más alto y los dos amigos decidieron dirigirse a un lugar más fresco. Tras unos minutos en silencio Akira habló.

[Akira] Oye Zakuro... ¿Tu no te sientes...?

[Zakuro] ¿... observado? -acabó la frase de tu amigo- iba a preguntarte lo mismo, hay algo que no se siente bien... me ha pasado lo mismo en el río

De repente se escuchó una voz bastante robótica, no se sabría diferenciar si de hombre o mujer, los ojos de Dios vibravan, parecise que eran las flores lo que emitian esa voz

[] Ha llegado la hora de erradicar este mundo podrido ¡Ha llegado vuestra salvación, DIOS, VUESTRO DIOS ESTÁ AQUÍ! Os he observado años y años, cada siglo es peor que el anterior

¡Ladrones! ¡Mentirosos! ¡Maltratadores! ¡Abusadores! ¡Asesinos!
-cada vez que pronunciaba una palabra los culpables de alguna de estas acciones recibían un castigo, provocando su muerte-

¡Hoy empieza la limpieza de este mundo! ¡Dios ha regresado!

Continuará...

El Ojo De DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora