Unico

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"Un día, cuando tenía solo nueve años, me encontré solo en casa", comenzó a narrar una chica mientras se arreglaba frente al espejo en el cuarto de su madre. Su reflejo mostraba a una joven radiante en un hermoso vestido de 'Sweet Sixteen'. "Mi mamá había salido y, por alguna razón, me sentí atraída por su habitación. Ese día cambiaría mi vida para siempre."

En la cama de su madre, había una minifalda de un rosa vibrante. Era pequeña, definitivamente no era de su madre. Era de su talla. Sin pensarlo dos veces, se quitó la ropa y se puso la falda.

Fue en ese momento cuando sintió un cambio. Primero en sus piernas, las sintió alargarse y suavizarse, perdiendo su aspecto infantil y tomando la forma de las piernas de una niña. Luego, el cambio subió a sus caderas, que se ensancharon ligeramente, dándole una silueta más femenina.

Miró hacia abajo y vio que sus piernas habían cambiado. Eran las piernas de una niña. Luego, sintió un ligero hormigueo en su pecho. No era doloroso, solo una sensación extraña. Cuando miró hacia abajo, vio que su pecho también había cambiado, formando pequeños pechos de niña.

Finalmente, sintió el cambio en su rostro. Sus rasgos se suavizaron, sus pómulos se alzaron y sus labios se llenaron. Cuando se miró en el espejo, vio a una niña mirándola de vuelta.

En ese momento, escuchó que la puerta se abría y los tacones de su madre se acercaban a la habitación. Entró en pánico por un momento, pero cuando vio a su madre en la puerta de su cuarto con una hermosa sonrisa en el rostro, supo que todo esto lo había preparado ella.

Lo primero que le dijo fue: "¿Qué haces desnuda, Karen? Deberías tener también tu sostén y tu blusa". Lo que hizo Karen fue correr a abrazarla, y ahora, en su pecho, se sentía segura.

Esa tarde, madre e hija pasaron un tiempo precioso juntas. Su madre le explicó que había notado su tristeza y cómo había revuelto su closet, moviendo algunas faldas y vestidos, y cómo había notado que su maquillaje había sido usado. Fue una conversación llena de amor y comprensión.

Regresando al presente, vemos a Karen arreglando su labial en el espejo. Su madre entra, apresurándola: "hija, apresúrate, ya van a llegar los invitados para tus dulces 16". Y así, con una sonrisa en su rostro y amor en su corazón, Karen se prepara para celebrar su día especial.

"El Closet de Mamá"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora