Quebrar su mente solo fue el primer paso

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Ha perdido la capacidad de negarse lo que quiere. Ahora no puede detenerse. No después de tener a su hijo abierto de piernas ante sus ojos, corriéndose y apretándolo con su virginal coño. No puede apartar la mirada mientras Jeongin camina nerviosa y torpemente hasta su auto. Ha sido tan obediente. Su mirada permanece baja y sus mejillas sonrojadas son claras desde aquí.

Cualquiera que los observe durante menos de dos segundos podrá intuir lo que han estado haciendo.

Jeongin tiene el cuerpo lleno de marcas visibles, de sus dedos de sus dientes de sus besos.

Su papi le ha dejado todas sus marcas de amor.

El niño debería sentirse agradecido, había sido corregido por sus errores y aún así lo habían dejado llegar al clímax dos veces.

Aún estando en el auto, Jeongin no dijo ni una palabra, no lo miró ni se movió. Demasiado asustado y cansado.

¿Podría ser miedo lo que había en su mirada? Se encargaría de saberlo en un rato. Ahora debe obligarse a mantener la mirada en el camino, no en las piernas con huellas de sus manos ni en los labios rojos en la cara de porcelana de su hijo.

El silencio solo es interrumpido cuando el teléfono de Jeongin suena dentro de su bolso.

Apretó las manos en el volante y le lanzó una mirada al adolescente que ya lo estaba mirando de forma tímida. "Muéstrame quién es" ordena con la voz tensa.

Tiene que contenerse porque él solo pensamiento de que se trate de nuevo acerca de aquel mocoso... él mismo desconoce de lo que sería capaz.

Con las manos temblando Jeongin sacó su teléfono y se sintió desfallecer al leer el nombre de su madre. Su padre sonrió sin culpa lo cual lo hizo querer llorar. No debería estar pasando esto. Estaba mal.

Pero si estaba tan mal, ¿por lo había disfrutado? Su cuerpo había reaccionado y... lo hacía sentir culpable.

"¿Qué hago?" Preguntó en voz bajita demasiado tímido y nervioso como para hacer algo si su permiso previo. A Hyunjin le agradó más de lo que debería la actitud sumisa de su pequeño. "Contéstale a Lixie y ponlo en altavoz, mi princesa" La forma en que le responde es tan natural y familiar que tuvo que parpadear rápidamente ahuyentando las lágrimas. Su padre lo estaba tratando tan mal. Aún no entendía que había hecho para acabar así. "Papi..." empezó pero la mano golpeando su muslo lo hizo callar. "No me hagas repetirlo de nuevo".

Jeongin obedeció de inmediato. Temblando le da al contestador y pone el altavoz, la voz de Felix llega al auto casi al mismo tiempo que Hyunjin estaciona dentro del garaje. Jeongin ni siquiera había notado que estaban en casa.

"Hola Innie" saluda alegremente. Tan dulce como siempre. "Hola mami" dice sin mirar a ningún lugar en específico. Con la uña de su dedo pulgar está raspando la piel de su muslo interno. "¿Qué tal tu cita? Jeongin guarda silencio durante mucho tiempo lo que hace que Felix vuelva a hablar. Su madre suspira como resignado. "Si tú y Changbin van a hacer cualquiera de las cosas que hablamos, tienes que prometerme que vas a protegerte. Se que a tu edad es imposible que pueda impedirte este tipo de cosas pero-." Jeongin ha perdido todo el tono de su piel y podría desmayarse si su madre continúa hablando. "N-no yo no- no digas eso, nosotros no-." Se interrumpe ante la risa entretenida del pecoso. "No me importa si es así o no, solo quería recordarte las reglas." Repitió recuperando su tono severo. Jeongin no es capaz de mirar a su padre, puede sentir toda su presencia junto a él imponiéndose. Está enojado, lo sabe. "Lo sé." Dice porque no puede usar más de dos palabras ahora. "Bien, estaré ahí mañana. La abuela te manda saludos" Jeongin no puede contestar a nada de eso porque su padre le arranca el teléfono de la mano, cortando la llamada para apagarlo y guardarlo en su pantalón.

Adelante, llora bebé | hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora