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Nagi llega a la escuela con su hija, Aya. Mientras caminan hacia la puerta, varios niños se acercan a Aya con flores en la mano.
Niño 1: ¡Hola Aya! ¡Te traje una flor!
Niño 2: ¡Yo también quiero darte una flor, Aya!
Aya sonríe y acepta las flores, pero Nagi nota la mirada celosa en los ojos de algunos de los niños hacia su hija.
Nagi: Parece que mi pequeña ya tiene pretendientes.
Aya, notando la tensión, se acerca a su padre.
Aya: Papá, ¿por qué están haciendo eso?
Nagi: Oh, Aya, simplemente están siendo amables contigo.
Aya asiente, pero Nagi no puede evitar sentir una punzada de preocupación por los celos que ya despierta su hija en los demás niños.
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Isagi llega a la escuela con su hijo, Ren, un niño de seis años. Mientras se acercan al portón, varias niñas se acercan a Ren con cartas y dulces en las manos.
Niña 1: ¡Hola Ren! ¡Te hice una carta!
Niña 2: ¡Mira Ren, te traje algunos dulces!
Ren sonríe tímidamente y acepta los regalos, pero Isagi nota la mirada celosa en algunos de los niños que están observando la escena.
