「ꕤ CURSE┊ Meliodas」
Nanatsu no taizai fanfiction. ⸙ 🏵️ 人
❛donde dos almas enamoradas se vuelven a juntar por culpa de una maldición ❜
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Dalila Escobar es una latinoamericana de dieciocho años que vive junto su mad...
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Capitulo ෆ veinte y cuatro ━━━━━🐲🌪️🍻 ¿sueño lucido?
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Narrador omnisciente.
Meliodas arrugó las cejas cuando sintió un profundo y conocido dolor quemarle en el pecho.
Sabía lo que era, lo había sentido en múltiples ocasiones pero se negaba aceptar que eso estaba sucediendo.
No podía perderla, no de nuevo... Está vez no podría superarlo, no podría abrir los ojos nuevamente al saber que ya no la tenía.
Caería en la locura definitivamente.
Jadeo adolorido cuando Hawk aterrizó con algo de brusquedad, la pelea que tuvo con Ban lo dejo agotado y con mucho sueño, a duras penas podia abrir los ojos sin sentir que se le venia el mundo encima.
— ¡Hawk! ¡Ten un poco de cuidado!— pidió Elizabeth al ver la expresión de dolor del rubio, aunque no le importaba mucho como se sentía él, sus pensamientos estaban llenos del nombre de la rubia de ojos café.
La albina también estaba preocupada. Plue había desaparecido de su lado apenas, aquella entidad que decía llamarse a si misma una diosa, le pidió a Ban asesinar a Dalila para traer a la vida a Elaine.
Por obvias razones eso los tomo por sorpresa y aún más al ver que el pecado de la avaricia estaba decidido a matar aquella mujer que llamaba madre.
Meliodas logro convencer a Ban de no hacerlo pero eso no le quitaba el mal sabor de boca.
Que no sea muy tarde, por favor — pensaron ambos sintiendo las lágrimas mojar sus pestañas.
El cerdo al fin llegó al lugar encontrando una armadura vacía, reconociendola como la armadura de Dreyfus, el lugar estaba lleno de escombros como si se hubieran llevado a cabo una gran pelea y parecía estar desolado, a excepción de...
— Hendrickson...— susurró Elizabeth haciendo que Meliodas abra los ojos de golpe para ver el panorama mientras intentaba mantenerse de pie.
— Eres tú Meliodas y trajiste a Elizabeth contigo — el grandulon miro a la albina con una sonrisa de lado —. Sabía que mi ácido no funcionaba en demonios siniestros como tú.
