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Respire profundo y di un giro cayendo perfectamente sobre el hielo para deslizarme como si fuera parte de este.
Movia mis brazos al ritmo de la música tratando de seguir los pasos marcados por mi entrenadora, respire hondo hasta que di mi ultimo giro y posando, dando por terminada mi rutina.

Escuche los aplausos de mi entrenadora Kali, ella me ha acompañado desde que empecé en esto del patinaje artístico, siempre vio mi potencial.
Como diria mi tio "un diamante en bruto"

Me acerque hacia la salida de la pista que era donde estaba ella.

-vaya cada vez dominas esa rutina- me palmeo el hombro.

-eso significa que debo mejorar- sonrei a medias mientras bebia mi agua, estaba cansada.

-bueno, siempre se puede mejorar y quién crea que ya no tiene nada que aprender es un mediocre.- me guiño el ojo.

-y no somos mediocres- dijimos al mismo tiempo, era lo que siempre me decia.

-¡Exacto! Asi que ve a cambiarte y a descansar, no porque te sobre exijas harás que te salga más rápido.

Me encogi de hombros, Kali le daba mucha importancia a la salud mental de todas sus alumnas, era algo primordial para ella.
Y bueno me tenía más checada a mi por mi condición, bah, cosas sin sentido.
Claro, mientras no deje la medicación.

-esta bien Kali, igual tengo que ir con mi tio.- rodee los ojos divertida.

-saludame lo hace mucho no viene por acá - se hizo la pensativa.

-dios si que te gustan raros- me burle a lo que Kali se sonrojo mientras me daba un golpecito en la cabeza, me queje mientras reia, me quite los patines y me coloque unas pantuflas para ir a los vestidores.

No era secreto que a Kali le atraía mi tío,aunque no lo entiendo, supongo que bien dicen que no hace falta ser galán, con la inteligencia basta...creo.

Decidi no pensar más en eso y me apresure a cambiarme.
Me bañaría cuando llegara a casa, aqui no hay duchas.

No tarde mucho por lo que sali y me despedi de Kali que ya estaba con un grupo de chicas menores que yo.
Apesar de Kali ser mi entrenadora personal también daba clases a grupos de chicas, si bien lo ideal seria que solo me entrenara a mi y que pasaramos la mayor parte del dia juntas, la realidad es que yo no competia por ser buena o ganarle a la gente, lo hacia porque me gustaba y a quién engaño, realmente era buena, venia de familia el egocentrismo.
Igual no me importaba en que lugar quedará, aunque muchos prometian que era la siguiente estrella del patinaje ganando a la liga rusa, yo creia que solo estaban muy desesperados por destacar.
No me importaba igualmente.

Dejando de lado mis pensamientos,sali del recinto dirigiendo me hacia las canchas de fútbol, por que si, este lugar era como un centro de actividades deportivas, los mejores se preparaban aqui si querias ir a las nacionales o lo que fuera importante para tu deporte.

Una vez estuve más cerca vi a mi querido tio Ego, gracioso nombre para alguien pero creanme que este le queda muy bien.

-¿¡Como esta mi tio favorito!?- grite mientras saltaba sobre su espalda.

Ego nisiquiera me miro, solo susurro un "bajate, pesas mocosa" y siguio viendo el partido.

-¿Como fue tu entrenamiento?- pregunto con la vista al campo, viendo como los chicos de su equipo estaban en un partido entre ellos.

-sabes que me fue bien, estoy agotada y tengo hambre, quiero una hamburguesa- cruce los brazos mientras me sentaba en la banca.

-¿No se supone que debes seguir un régimen alimenticio?-pregunto con su tono aburrido de siempre.

ICE DREAMS (Itoshi Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora