III.

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...

En un día cualquiera, era la hora de descanso e ir al comedor a consumir lo que sea, con tal de comer.

Un rubio de ojos azules estaba con su amiga de rulos junto con el moreno entrando al comedor, pasó una semana y ya algunos creían que serían los que destacarían en la secundaria el grupo que veían entrar, un moreno con estilo y bueno con los deportes, una chica de rulos que mostraba mucha seguridad, se notaba de lejos que le gusta mucho lo relacionado con la moda y el rubio pequeño entre ellos era un doncel ensueño en palabras de algunos de la escuela o la mayoría, el chico tenía un talento de ganarse el corazón de algunos, es dulce y con sus facciones ayudaba más, es como un "señorito" como dicen y demasiado lindo.

Aún con esos comentarios positivos, los tres jóvenes se reían por dentro por que ellos no querían una vida popular, sólo mostrarse normales en una escuela normal, pero es imposible cuando lo miran tanto.

-Así que mi terroncito, ¿Que se siente que seas popular este año?.- Dijo juguetona la rubia y agarrando su charola.

-Ustedes lo son, yo no sé si lo soy.- Dijo sincero y la rubia no hizo más que rodar los ojos negando que no se diera cuenta. -Aunque me perturban los chicos que se me acercaron está semana.-

-¡Eso se llama coquetear niño!, los chicos de nuestro curso hasta los mayores quieren contigo, eres tan tierno mi pulguita.- Le agarró una mejilla y la empezó a estirar suavemente, encantada de la ternura del chico.

-Bebe no exageres, pero puede ser verdad, todavía no se enteran que tienes pareja.- Dijo riendo el moreno.

-¿Debería gritarlo para que me dejen de molestar?.- Mencionó mientras se sentaba en un lugar que encontraron.

-Yo si fuera tú, ya daría señales de mi noviazgo pero si fueras Bebe, estarías haciendo planes para ocultar tu pareja y coquetear con los chicos de último año.- Levanto los hombros y siguió comiendo.

-Que gracioso Black, pero mierda no lo puedo negar.- siguió comiendo de mala gana la rubia.

-Dejaré que fluya, con el tiempo se darán cuenta que tengo pareja.- Dijo sonriente el rubio.

-Primero que nada ¿No te da celos que algunas perras se acerquen a tu príncipe rubio?.- Dudó la de rulos levantando una ceja hacia el pequeño.

-Yo confío en él, no hay de que tener celos.- Rió el chico.

-Con el tiempo siento que ese "confío en él" es un "no me importa" rubio, tengo sospechas que hay algo.- Comentó curioso el moreno y eso hizo poner nervioso al chico.

-Eh no, claro que no, si tuviera algo te lo diría ahora.- Habló un poco rápido por los nervios.

-Si, me lo dirías ahora.- Lo miró desafiante el afro.

-No hay nada.- sonrió nervioso por la mirada fija del moreno.

-Ni tu mismo te la crees rubio.- Su mirada se volvió más filosa que puso más incómodo al pequeño.

-Eh no, si creo que lo hago o tal vez quiero que un chico que anda rondando en mi mente pueda ayudarlo pero no de esa forma del que piensas, lo he visto mal y se descuido mucho, también no estaría mal ser su amigo ¿No?, después de todo eso fue cuando éramos niños y ahora somos más grandes, tal vez quiero acercarme a él para poder darle un empujoncito para que vuelva a ser ese chico que admiraba de niño.- Habló demasiado rápido por los nervios que le terminaron ganando y los dos que estaban se miraron confundidos.

-A ver si entendí, este chico es Craig ¿No?.- Dudo pero igual estaba seguro que es él ya que ese pelinegro lo miraba mucho al pequeño y el rubio estaba muy inquieto en sus pensamientos.

Cambios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora