🐻: Día cinco

314 39 15
                                    

Jimin sentía que iba a volverse loco, hace como 20 minutos había dejado solo a Taehyung con ese dildo en la habitación y su lobo ardía por ir con el Omega, el aroma del menor había incrementado y sus gemidos eran audibles en todo el departamento. Intentó distraerse haciendo tarea, cosa que terminó, pero aún así su lobo rugía y sentía que arañaba su pecho para ayudar al ojiverde a pasar su celo.

Su lobo no paraba de gruñir y tenía que autocontrolarse para no ir con Taehyung. No podía hacer eso, no podía ayudarlo con eso, era su mejor amigo, ni siquiera lo veía como algo sexual, era como su hermano. ¿Y si después de eso su amistad se rompía? No quería perder al Omega rizado, no soportaría ya no tenerlo a su lado.

Los gemidos de Taehyung y su aroma lo estaban volviendo loco, empezó a sudar frío y a respirar de forma agitada. Ya no lo soportaba. Caminó hasta la habitación de huéspedes y de su mochila sacó unos supresores para Alfa, metió dos pastillas a su boca en seco y luego volvió a la cocina para tomar un vaso de agua.

El timbre del departamento sonó y rápidamente tomó las hojas con su tarea lista, abrió la puerta y la Omega rubia hizo una mueca tapando su nariz debido al aroma que golpeó su rostro cuando Jimin apareció.

— Joder, Jimin, el aroma de tu Omega es demasiado fuerte. — se quejó — Y el tuyo también, ¿tomaste algo?

— Tome dos supresores recién. — suspiró entregándole las hojas — ¿Qué hago, Jennie? No puedo tener sexo con Taehyung, no quiero arruinar nuestra amistad. Su aroma es demasiado fuerte y esta volviendo loco a mi lobo.

— ¿Ha estado tomando sus supresores?

— No, no se despega de mí y si me ve con los supresores va a hacer berrinches para no tomarlos.

— Hazle un jugo o algo y tritura dos pastillas, eso va a hacer que su aroma baje y que su apetito sexual este moderado, más o menos. — aconsejó — Y báñate, porque el aroma es realmente insoportable. No es feo, pero es demasiado abrumador.

— Bien, gracias, Jennie... ¿Por qué me miras tan fijamente?

— Porque aunque te este mirando a los ojos puedo notar tu erección.

Jimin bajó la mirada y soltó una maldición tapándose con la puerta por algo que ya fue visto — Lo siento.

— Cerdo — se burló dándose media vuelta para irse soltando risas al escuchar a su amigo quejarse.

Nunca olvidaría la cara de Park Jimin completamente enrojecida por la vergüenza.

Jimin cerró la puerta y fue directo a la cocina para hacer ese dichoso juego con los dos supresores triturados, luego fue al baño para darse una ducha primero fría y luego caliente. Después de 30 minutos escuchó los pasitos de Taehyung por el pasillo del departamento, el rizado hizo acto de presencia en la sala sentándose en el regazo del ojiazul para llamar su atención.

Jimin por poco se atraganta al ver a su mejor amigo con el cabello desordenado, mejillas rojas y algo sudado. Una imagen que nunca espero ver.

— ¿Cómo te sientes, cosita? ¿Mejor? — el rizado asintió — Bien, ve al baño y date un ducha. Luego cenamos juntos, ¿quieres?

— ¿Alfa feliz? ¿Omega bueno?

— Sí, cariño, eres un buen Omega. — dijo para después dejar un beso en su mejilla.

Taehyung sonríe y sube sus manos hasta las mejillas del ojiazul, se acercó y junto sus labios. Jimin suspiró y sin poder evitarlo le siguió el beso acunando su mejilla derecha en su mano. El beso era tranquilo, delicado, solo sus labios danzando, degustando sus sabores nuevamente.

Cuidando a Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora