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El gran y tupido cielo de la capital lloraba fuertemente por un día tan gris y triste... los santiaguinos se escondían en sus grandes paraguas y abrigos, escapando de la fuerte lluvia que caia sobre ellos, la mayoría de estos corriendo a paso apurado, lo más probable es por el ir atrasados a sus agotadores trabajos, los cuales con suerte les dejaba pagar sus arriendos y algo de comida suficiente para el mes.

Pero en medio de todo el caos que se encontraba en las calles de esa gran ciudad, se hayaba una persona... más bien un "país", por extraño que parezca, por cada país que se creaba, con este nacía un representante, un ser el cual era la mezcla "perfecta" de todo lo que implicaba la existencia una nación en si, pero a pesar de esa mezcla "perfecta", aún así lograba ser tan único y tan distinto a su mismo origen. Aún así cabe destacar que este mismo contaba con una personalidad completamente propia y singular para los ojos de los habitantes de la nación, todo esto creado por los cientos de años de vivencia e historia del mismo territorio.

Este mismo ser se encontraba mirando a través de la ventana de la cafeteria, cafeteria bastante vacía debido a la tardía hora mañanera. Chile disfrutaba las mañanas tranquilas y lluviosas tomando té, acompañadas de asuntos "irrelevantes" inundando su intranquila mente. Más que nada estos pensamientos los cuales eran considerados como "irrelevantes" para cualquier persona externa la cual pudiese acceder a estos mismos, y que claro, contase con más mínimo conocimiento de lo que se avecinaba ese día.

Esa melancólica mirada a través de la empañada ventana eran acompañadas con insonoros suspiros de profunda tristeza. Para su suerte Chile no se encontraba solo, por su propia seguridad y después de un largo consejo a cargo de varias personas, el cuál fue llevado hace más de un siglo, se llegó al acuerdo de que el país debía estar siempre acompañado de un cuerpo de seguridad, todo esto para garantizar su bienestar, Chile en ese tiempo se sintió feliz de tener compañía, era alguien muy feliz, "amaba" compartir con sus habitantes, además de ser alguien muy animado, todo esto a pesar de las millones de adversidades que cruzaba el país al momento, donde este trataba de tomar las cosas con humor para calmar a los de su alrededor, pero aún asi a día de hoy, le molestaba bastante el tener que estar tan controlado por personas ajenas las pocas veces que salía de su casa.

En esta ocasión se le habían asignado 2 guardaespaldas, personas las cuales casi no conocía, personas que rotaban constantemente para garantizar la seguridad del país.

Chile sinceramente ya estaba cansado de encariñarse con más personas, por años tuvo a su guardaespaldas personal, y un muy buen amigo para el país, este era un caballero el cual Chile vio como pasó de ser un joven atlético y entusiasta, a convertirse en un señor cansado y de longeva existencia, el cual por la misma edad y condiciones se vio obligado a jubilarse, aunque este acontecimiento no significó para nada el que el país y el amable caballero tendrían que terminar su larga amistad, si no, que ahora tendrian hasta más tiempo para poder hablar y estar relajados, esto sin que el aclamado señor estuviese todo el tiempo alerta como en sus años de servicio.

El hombre tenia un gran sentido de amor y fidelidad a la patria, a servir por su país, pero inevitablemente el pasar de los años le empezó a pesar a este señor, quien próximamente se transformaría en un anciano feliz pero cansado, sus nietos e hijos lo amaban por su carismatica y amable personalidad, pero tarde o temprano tuvo que despedirse para poder descansar tranquilo. Pero sabiendo que sirvió a su patria y a su familia hasta el final...

Chile, esa lejana mañana, de años atrás donde aconteció la muerte de su ex guardaespaldas, y querido amigo el cual casi consideraba un hijo directo, le rompió el corazón, llorando en esa misma cafetería en la cual se encontraba recordando esto, Jorge, un gran hombre, fue despedido con honores por el país, vagando por años en la memoria de este...

Tal como lo hacían varios seres queridos que tuvieron que partir de su lado...

Por estos acontecimientos Chile odiaba crear nuevas relaciones, odiaba incluso relacionarse con países que tenian cierto conocimiento de su existencia, y que en ocasiones, Chile mismo por obligacion o tratados se encontraba conviviendo con estos, el tenía claro que el día que un país cercano a este diese algún indicio de que colapsaria o tendria que despedirse para siempre de este, Chile se alejaría y correria lo más rápido que pudiese de ese lugar por el inmenso dolor que causaría el perder a alguien más en su vida.

-Sr. Chile!- De pronto el país salió de ese melancólico trance, siendo llamado por uno de sus guardaespaldas. No sabía cuánto tiempo había estado mirando por el empañado cristal del ventanal con mirada ensimismada, quieto y en silencio, tal como una estatua tallada en piedra. Pareciese que está acción fue prolongada el suficiente tiempo como para llamar la atención de las personas que estaban a cargo del país.

-Sr. Chile, ¿se encuentra bien?- dijo el joven de traje con mirada preocupada hacia el país, se notaba a kilómetros que este era su primer día como junior en este trabajo, pero Chile no le dio importancia a esto, más bien solo suspiro y sonrió con ternura -Me encuentro bien estimado, gracias por su preocupación- dijo con tono calmado y amable, Chile trataba de ser siempre considerado con su gente, al final del día eran sus hijos, nacidos en la patria o que de alguna forma estos fueron adoptados por la nación, no importaba el como, pero Chile tenia claro el siempre tratar de buena forma a sus hijos.

De la misma manera en la que no pudo hacerlo con "ellos"...

Chile suspiro para pararse de ese comodo sillón de la cafetería, esta era su esquina favorita, una hecha especialmente para el por parte del fundador de la cafetería, el cual tambien fue bastante cercano a Chile en su momento. No por algo este mismo llevaba siglos llendo a ese lugar constantemente para poder relajarse y respirar tranquilo. Pesar de todo esto, esta seguía siendo una cafeteria familiar, donde todos lo conocían y no lo trataban bien por solo ser su país, si no porque lo consideraban un miembro más de su familia.

-Bueno... supongo que deberíamos partir ya, la junta será en una hora aproximadamente, y tengo que estar ahí para recibir a todos los que se presenten- dijo el país tomando su bolso para pasarlo por encima de su cabeza, y dejarlo caer al lado de su cadera derecha. -Como usted ordene Sr. Chile- dijo el guardaespaldas mayor para pararse, este siendo seguido por el joven el cual recién iba empezando su primer día de práctica.

Estos fueron al mesón a pagar por lo ingerido, más lo que Chile se llevaría para tomar en la importante junta, este le paso su termo que llevaba a todos lados con el a la joven chica que estaba atendiendo, esta era la tataranieta del fundador de la cafetería, y recién estaba empezando a trabajar en el lugar, a pesar de esto, la joven logró aprenderse rápidamente las órdenes de los clientes regulares, y con una gran sonrisa, le devolvió el termo a Chile con su té favorito, un clásico té negro, acompañado con un delicioso berlin de manjar tan amado por el país. -Muchas gracias Rayen, nos vemos pronto- dijo el país despidiéndose de la joven chica amablemente, -¡Siempre será un gusto Sr. Chile! Nos vemos- Dijo la chica despidiéndose en un temple animado.

Y así el país y los dos hombres partieron de la cafetería, entrando a un auto negro con ventanas polarizadas, siendo siempre el objetivo el "garantizar" la seguridad del país...

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¿donde estabas? (second Reich X Chile) [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora