SIEMPRE JUNTOS

34 3 0
                                    

SIEMPRE JUNTOS

Vegeta entró volando en el palacio y se dirigió a sus antiguos aposentos, aunque... había una diferencia en ellos, su cama... era mucho más grande..., pero sin embargo la llevó directamente al baño, quería darse una de esas duchas que tanto le gustaban... una... con su amada esposa.

Así que la depositó con sumo cuidado de pie frente a él, la miró claramente sonrojado y emocionado, era feliz y Bulma lo veía en él, veía esa felicidad, y aunque le había dado un susto de muerte... ese estaba siendo el mejor San Valentín de toda su vida, amaba a ese idiota saiyan incluso más de lo que se lo demostraba porque muchas veces tenía que contenerse para no saltarle cada vez que lo veía entrar... a cualquier... estancia de la casa, pero... ahí no había nadie más que... pudiera escucharlos, verlos, así que podía dejarse llevar al máximo y... pensaba hacerlo...

Así que se aferró a su amado esposo con más fuerza mientras él con una mano había hecho que el agua comenzará a caer sobre ellos y con la otra aún la tenía agarrada por la cintura, entonces ella comenzó a besar y a acariciar su cuerpo, sobretodo sus cicatrices, esas señales de una vida difícil y oscura... a la que ella había dado luz...

Vegeta correspondió a Bulma de la misma forma, fundiendose con ella como hacia siempre, pero esa vez fue distinta, sentía mayor felicidad, mayor deseo por ser suyo, porque fuera suya, no era capaz de explicar lo que sentía si ella se lo preguntara en ese instante, pero... si sabía como demostrárselo, acariciando, besando, ese cuerpo nívea, dulce y delicado que le hacia sentir paz en su interior, porque sentirla o incluso simplemente pensar en ella... llenaba su corazón de luz y paz, de calma, aunque... ahora no era calma exactamente lo que quería...

Bulma no supo en qué momento... Vegeta la volvió a cargar y la depositó sobre la cama, comenzaba a estar algo exhausta, pero... sin embargo quería más, y lo obtuvo, obtuvo todo el amor que Vegeta era capaz de darle hasta quedar tan unidos que nadie podría saber si eran sólo uno, sus cabellos entremezclados, azul y azabache, su piel nívea y tostada de él y... sus miradas en zafiro y onix... qué en ese momento se cruzaban antes de que ella agotada se quedara dormida sobre el pecho desnudo del príncipe al ritmo de su corazón.

Vegeta también estaba sintiendo una felicidad tan plena... qué se durmió junto a ella, no fue capaz... de aguantar sus ojos abiertos más que el segundo en el que veía como ella cerraba los suyos...

Cuando despertaron...

Bulma despertó primero y observó a su príncipe durmiendo, era extraño poder verlo, él siempre se despertaba primero, así que aprovechó para deleitarse en la imagen que proyectaba con esa sonrisa tan amplia y que jamás había visto en él...

Vegeta: uhm... ya te despertaste?
Bulma (asintió): sí... hace unos segundos...
Vegeta (la besa dulcemente en los labios): estás bien?, o estás muy agotada... para lo que viene ahora...
Bulma: uhm... (le pasa un dedo por el pecho pensando en que el príncipe quería más)
Vegeta: uhm... no es eso... aunque... seguro que más tarde... no te libraras...

Bulma lo miró confundida mientras él se levantaba de la cama y se dirigía a lo que parecía un armario en la pared rocosa de la habitación.

Pero su sorpresa fue mayor cuando... vio la ropa que Vegeta sacaba de allí y se ponía, era una armadura nueva que jamás le había visto aunque muy parecida a su antigua armadura, llevaba un emblema en el pecho sobre el corazón pero... el que se colocara una capa... fue lo que más le extrañó, después se acercó a ella portando algo en sus manos, era una caja que depositó sobre la cama...

Vegeta: Bulma... ponte esto y reunete conmigo en el salón que verás al fondo del pasillo... detrás de unas grandes puertas...

Y se marchó antes de que ella pudiera siquiera de ir nada...

SIEMPRE TUYO, SIEMPRE TUYA, SIEMPRE JUNTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora