Capítulo 2.

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-La chica del ring.

Megan Dye

New York: Estados Unidos

Hora:

Estoy sentada en el sofá de mi casa, mirando hacia un lado no especificó, tengo Universidad por la tarde así que no hay apuro, dentro de una hora tengo que ir al gimnasio.

Este día me estaba resultado tedioso, Eric no me miro más desde hoy por la mañana cuando nos levantamos, pero bueno...

De pronto siento que el timbre de caso suena.

-Va- dije alto para que me escuchara quien sea que estaba detrás del pedazo de madera.

Pero volvieron a tocar el botoncito.

-¡Que ya va!- dije de nuevo.

Cuando llegue hasta ella, la abrí de un tirón que Melodi que estaba distraída mirando a algún lado, dio un respingo en su lugar.

Melodi: Es la vecina de al lado, tiene la misma edad que los hermanos gallina. Son amigos desde pequeños y creo que es la chica que le gusta a mi querido hermanito Leric. Siendo ella me fijaría bien en el, porque no es que mi hermano sea feo, pero tiene cierto retraso, así como mental, sisi eso es retraso mental.

-Hola- dijo ella en un hilo de voz.

-Melo, cariño, disculpa por haberte asustado es que estoy medio estresada- le dedique una sonrisa.

-Tranquila, ¿están tus hermanos?

-¿Los pesados? Así creo que si.

Ella subió sus labios al cielo en una pequeña sonrista que me pareció muy dulce. No soy de mostrar sentimientos a menudo pero ella me cae bien bueno muy bien.

-¿Puedes llamarlos?- preguntó con cierta pena.

-Pasa deben de estar en su cuarto haciendo algo de lo que pronto se arrepentirán.

-Gracias.

-No hay de que. Bueno ya sabes donde queda el cuarto.

Me rodeó y pasó por mi lado, dirigiéndose hacia el pasillo donde estaban las habitaciones.

Cerré la puerta y me fui directo al móvil a ver la hora que era..

-Mierda- mascullé, solo faltaban treinta minutos para comenzar mis ejercicios diarios.

Corrí hacia mi cuarto, y busque rápido en el armario la ropa de deporte.

Ya lista, tomé las llaves del coche y fui hasta el aparcamiento.

Me monte en el, y me dirigí, hasta el local.

Después de unos 20 minutos, ya me encontraba frente a él famoso Chelsea Piers Fitness Baje del auto y camine hacia la puerta giratoria.

Mi entrenadora estaba parada en una esquina y a penas me vio, su expresión cambio a un de felicidad pero, mientras se iba acercando su rostro iba cambiando a ¿ira? Si definitivamente era eso.

Y aquí vamos.

-Megan, 5 minutos tarde.

Resople.

-Son sólo 5 minutos que más da- gire los ojos.

-Hoy son 5 y mañana 20.

-Sabes que nunca llegó tarde, solo...

-Solo nada, trata de llegar temprano todos los días que no se vuela a repetir esto ¿entendido?

-Si señora- hice un saludo militar.

Una Dulce Venganza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora