¡Quería recuperar mi vida!

Capitulo 1: Introspección

Aunque la mayoría de compañeros, ya sea de escuela de medicina o posteriores colegas creen que mi vida ha sido fácil, realmente no lo fue.

- Déjalo, Strange no es nada más que un niño mimado, sus padres son ricos, está acostumbrado a ser el centro de atención.

- Por supuesto, es como el Tony Stark de la medicina.

Siempre escuché esos comentarios, por supuesto mis padres eran ricos, pero no es que fuera fácil vivir con ellos, mi padre, Eugene Strange, un hombre altivo y orgulloso siempre estaba de malas, sino golpeaba a mi madre, me golpeaba a mí, es por eso que no quise ir a buscar sus cenizas a la morgue cuando murió, esa decisión me costó la vida del último miembro de mi familia vivo, mi hermano Victor.

Mi madre, Beverly Strange, era una mujer cariñosa, adoraba a sus hijos, luego de la muerte de mi hermana Donna, estuvo con depresión, hasta un año después de la muerte de mi hermana, cuando ella misma decidió partir junto a ella.

Donna Strange, con tan solo 9 años dejo este mundo, después de que estuviéramos patinando en el lago congelado cerca de casa, ambos caímos al agua congelada, pero Donna fue la única que salió sin vida del agua, aún recuerdo ese día.

"-Donna ve por la derecha. -No, Stephen, tendría que salir del agua para salir de aquí. -Pero está más gruesa la capa de hielo Donna. -Lo haré a mi modo.

Se rompió la capa de hielo, caímos ambos al agua, logre ver la sombra de alguien tirándose al agua para sacar a Donna, mientras yo estaba luchando por salir. Luego de una lucha que me pareció eterna, logré salir y mi padre estaba con Donna, no tuve para que mirarlo a los ojos, para saber en qué estaba pensando. Él hubiera preferido que yo me ahogara, a que fuera Donna o Victor.

Cuando llegaron los equipos de emergencia, intentaron reanimar a Donna, finalmente en el hospital la declararon muerta, según el doctor la caída reventó un aneurisma cerebral que tenía Donna, luego de ese día, mi padre me evitaba a toda costa y las únicas veces que lográbamos estar en la misma habitación, solo me miraba, como si yo no perteneciera al lugar, supongo su deseo era igual al mío, también hubiera preferido ser yo aquel día.

Victor Strange, murió cuando tenía 14 años, al ser menor no le entregaban las cenizas de nuestro padre, por lo que, tendría que haberme presentado yo, pero después de 15 años de infierno en casa, realmente no me quedaba ningún sentimiento cálido con respecto a él. Victor llego a la entrada del departamento de estudiante en el que vivía cerca del campus de la universidad de Columbia, ingreso y me encontró con una chica, solo se fue, trate de seguirlo, pero estaba cruzando la calle cuando llegue, en eso paso un auto a toda velocidad y lo atropello, frente a mi se encontraba la única persona a la que podía llamar "familia", torcido en un ángulo que no podría a ver sido posible con una hemorragia femoral, en el hospital lo declararon muerto, aparte de las lesiones externas que presentaba, tenía hemorragias internas y una hemorragia epidural, el neurocirujano de turno, no quiso realizar una tomografía.

Es extraño ser neurocirujano en práctica cuando la mitad de tu familia murió por causas neurológicas o médicas, al menos no soy psicólogo.

También es rara la palabra familia, para la ciencia se define como aquellas personas con las que tiene coincidencias en el ADN, mientras que, para otros, es lo que sientes por aquellas personas, es tener cercanía emocional con ellos. En mi caso, solo podría decir que veníamos de la misma madre y padre, más no que nos conociéramos, con Donna y Victor tenía una diferencia de edad de 2 y 4 años respectivamente, me fui de casa con 15 años a la universidad, no tuve tiempo de conocer a mis hermanos, ni ellos crecieron lo suficiente para conocernos.

Y luego, mi ex novia, Christine Palmer cariñosa y amable, le encanta cuidar de las personas, se preocupa de ellas sin importar nada, la definición perfecta de un doctor que se preocupa por sus pacientes, es verdad cuando dicen que los opuestos se atraen.

Ahora con 34 años, no sé cuál de mis decisiones de vida ha sido la mejor, dejar que Donna patine en hielo delgado, no haber ido a recoger las cenizas de mi padre, Victor entrando enojado y saliendo de mi departamento corriendo, y Christine dejar que el egoísmo y falta de respeto por mi propio trabajo la alejara.

Y ahora estoy en una camilla entrando a un quirófano, sin ser el médico, sino el paciente.