En el corazón del bosque, entre sombras y susurros, se encontraban dos almas entrelazadas por un amor prohibido. Él, un joven errante con los ojos llenos de misterio y cicatrices que narraban un pasado turbio. Ella, una doncella de la luz, cuyo brillo contrastaba con la oscuridad que lo envolvía. Se encontraban cada noche en el claro del bosque, donde la luna era su única testigo. Sus encuentros eran como un baile entre la pasión y el peligro, donde cada beso era un pecado y cada caricia una condena. Pero su amor era como una flor envenenada: hermosa y letal. Sabían que no podían estar juntos, que sus destinos estaban marcados por la tragedia. Sin embargo, no podían resistirse el uno al otro, como polillas atraídas por una llama mortal. Así, en la penumbra del bosque, su amor crecía entre susurros de hojas y gemidos de deseo. Un amor oscuro que los consumía lentamente, condenándolos a un destino incierto en las sombras de la noche eterna.
Cuando la luna se ocultaba tras un manto de nubes ominosas, el bosque mismo pareció cobrar vida. Los árboles susurraban advertencias y las sombras danzaban en un espectáculo macabro. En un último abrazo, los amantes se fundieron en la eternidad, mientras el bosque observaba en silencio, testigo mudo de un amor condenado a arder en la noche para siempre.
ESTÁS LEYENDO
repetitive thoughts
HorrorDesde las profundidades de antiguos cementerios hasta las desoladas calles de pueblos olvidados, estos cuentos exploran los más oscuros recovecos de la mente humana y los horrores que acechan en la oscuridad.