Taller Para Corazones Rotos

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Recuerden como se llama la novela jiji, sé que es un bastardo Dorian, pero algo lo hará valorar lo que tiene y hay una parte del capítulo que los hará sospechar, pero no es lo que piensan ❤️

Feliz Lectura…

Dorian no vino a buscarme por dos razones.

Le tocó guardia vespertina.

Y la segunda porque no le interesó pedir permiso para venir por mí al maldito aeropuerto.

Voy callada mirando por la ventana mientras Luke maneja en silencio con la radio siendo la que hace ruido en medio del tráfico nocturno de la ciudad. Voy pensando en lo que me dijo Will sobre esos meses para intentar levantar mi matrimonio. Pero ya me cansé de intentarlo.

El primer mes entendí que estuviera distante, fue un golpe duro para ambos, estaba en clases cuando paso, comencé a sangrar y pedí a mis estudiantes que no se alarmaran… y le llamaron a la ambulancia. Perdí a mi bebé por un aborto espontáneo que no hizo más que derrumbarme en el hospital.

Dorian no se movió de mi lado en tres días, que fue lo que duramos en el hospital.

De ahí… me daba mis medicamentos y era todo.

Lo entendí.

Entendí que debía doler, verme sabiendo que ya no llevaba a nuestro hijo y que salió de mi cuerpo de la peor forma posible. Al segundo mes… pensé que todavía no era sencillo, y al tercer mes… intenté por todos los medios que me pusiera atención.

Intenté volver a lo de antes.

Le pedía que fuéramos a cenar, que fuéramos al cine… que escucharemos las canciones que nos gustaba bailar juntos, que retomaramos las sesiones de fotos, las salidas por un helado…

Sexo.

Recuerdo que me ponía esos trajes exóticos que me arrancaba sin dudarlo dos veces, cuando me lo puse después del embarazo para ver sí eso lo animaba… me decía que no y tenía que tragarme mi decepción que termine tirando todos esos trajes, los vio en la basura y me preguntó que porque los tiraba, la mayoría él me los regaló.
Dolió decirle que era porque no los usaba y que no es como si tuviéramos necesidad de usarlos.

Mi matrimonio se derrumbó poco a poco y ambos lo permitimos.

Las flores, los chocolates, los besos y las risas se fueron junto al bebé que perdimos.

—Te tengo noticias sobre tu petición—hago el gesto de estarlo escuchando—. Dorian… dijo que lo pensaría… llegó una doctora al hospital experta en terapia de pareja… —giro mi cabeza a él—, Dorian… creo que los iba a inscribir.

—¿Terapia de pareja?

Asiente mirando al frente para tomar un carril que avanza más rápido que por el que vamos.

El tomar terapia de pareja es un nivel que ni yo había pensado para nuestra relación. Eso hace que mi corazón estúpido lata un poco con felicidad por la noticia de que busque mejorar lo que tenemos.

—¿Te lo dijo?—no pude evitar el tono alegre de mi voz—. ¿De verdad nos quiere inscribir?

Sus ojos vienen a mí porque el sentimiento es algo que no había escuchado en mí en mucho tiempo, pero su expresión cambia rápidamente.

—No me lo dijo tal cual… pero…

—¿Qué?

—¿Recuerdas como era cuando se conocieron?

—Sí… muy risueño y encantador en…

Me quedó muda cuando entiendo a qué va el sentido de su pregunta.