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Me tienes hipnotizado, me siento tan obsesionado contigo. Me dejas paralizadx Y ahora estoy atascado, me tienes atascado... Fuck it
Su cabello rubio teñía los pasillos de la Universidad, un par de ojos azules congelaban al posarse sobre tí, labios rosas se estiraban en una línea recta mostrando una expresión seria. Su gemelo la cuidaba, estando siempre a su lado y teniendo exactamente los mismos rasgos, la pareja de hermanos eran tan temidos como admirados y deseados por toda la Facultad.
Chicos y chicas temían de ellos, excepto yo, era la única chica con la que tenían contacto, La única que era capaz de acercarse y tocar a la chica inalcanzable (en más de un sentido), la única que podía jactarse de ser rodeada por el brazo del Badboy, la única que era capaz de dirigirles la palabra (o al menos lo intentaba con ella).
Así es, me enamoré inesperadamente de uno de mis mejores amigos.
A pesar de no ser la única de su círculo social, si era la única que hablaba con los gemelos Katsu dentro de la escuela. Lev era mi mejor amigo, Lav era mi mejor amiga también...pero las cosas habían cambiado cuando fuimos a aquella fiesta.
Lev había decidido quedarse con Koltrad, dijo que le llamáramos cuando quisiéramos irnos, la única condición fue que Lav y yo no bebieramos demasiado y claramente Lav había ignorado a su hermano. Estaba un poco —muy— borracha. Intentaba encontrar una manera para levantarla del suelo, sacarla del baño y meterla al auto para ir a su casa; ella estaba dormida sobre el inodoro mientras yo intentaba cargarla o despertarla, pero era prácticamente imposible lograr alguna de las dos opciones.
—Vamos chica, tienes que levantarte o tu hermano nos matará a ambas— solamente asentía y se reía levemente de manera casi tierna, era extraño. —¿Siempre has sido tan linda? — me tomó de la cara con una mano para guiar mi mirada hacia ella, —Quiero besarte— su semblante se tornó serio y se levantó del inodoro. Retrocedí hasta quedar entre su cuerpo y la pared, su pierna se interpuso entre las mías, su mano libre rodeó mi cintura y sus labios se unieron a los míos con desesperación.
Me tensé al inicio, pero el movimiento de sus labios me atrapó y le seguí el juego. Mis manos viajaron hasta su cintura y las suyas recorrían mi cuerpo sin pudor ni temor alguno; iban de mi espalda a mi cintura, de mis muslos a mi trasero, de mi cuello a mi pecho. Intenté quitarme cuando sentí su piel fría sobre la piel de mi estómago por debajo de mi playera, —Tranquila, solo relájate— dijo antes de volver a besarme, cedí.
Sus manos jugaban con ese punto nervioso en mi pecho y su boca devoraba mi cuello, yo gemía suavemente para que nadie nos escuchara, aunque la música y los gritos no lo permitirían. Seguía gimiendo suavemente, hasta que sentí sus dientes clavándose cerca de mi clavícula, un pequeño grito salió de mi boca y sentí su sonrisa burlona cerca de la futura marca.
