(Boyslove)
¿Qué podría ser peor que estar varado en el aeropuerto por causa de una tormenta? Sin duda, compartir un viaje por carretera con alguien inmamable. Y eso es algo que Jack y Ulises saben muy bien.
Jack es un músico desenfrenado y amante de...
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¿Cómo habían terminado en esa ridícula situación?
Para ambos chicos todo estaba yendo de maravilla, por un lado estaba Jack, quien había conseguido la oportunidad de poder tener su primer concierto propio; y por el otro tenemos a Ulises, el cual sólo debía cerrar un último contrato para ascender al puesto que llevaba deseando por años.
Pero una simple tormenta arruinó los planes de ambos.
──¡¿Quéééé?! ¡¿Cómo que en una semana saldrá el siguiente?!
La joven recepcionista miraba cansada ya de repetir lo mismo tantas veces. ¿Es que ese joven no lo entendía?
──Se lo he dicho doce veces, señor. Los vuelos a Giorgio estarán cancelados hasta dentro de una semana.
──Pero, tengo que estar allí para el martes por la tarde, no puedo tardar tanto.
──Lo sentimos, pero no podemos hacer más.
Jack se sintió derrotado al oír esas palabras, él realmente deseaba presentarse frente a un público grande, el viernes siguiente sería el concierto pero debía llegar antes para alojarse y ensayar.
Siempre fue su sueño cantar para una multitud, y después de varios bares, cafés y demás establecimientos, una disquera había pedido que se presentara para decidir si producir su propio álbum.
No era justo que cuando por fin se presentó la oportunidad, todo se le cayera a pedazos.
Aún estaba triste cuando salió del aeropuerto, su maleta en mano y la guitarra a su espalda, y por ir cabizbajo, terminó por chocar con alguna persona.
──Lo siento mucho──dijo al ver unos papeles y un maletín en el suelo.
──Mira por dónde caminas, idiota──Jack lo observó con desánimos mientras lo ayudaba a recoger las hojas.
Tras limpiar ese desastre, el castaño tomó su maleta y abandonó el lugar. Mientras que a su lado, el hombre trajeado tomó sus cosas y corrió a recepción para no perder su tan preciado vuelo.
──Muy buenos días, dama. Un boleto del vuelo E783 con destino a Giorgio, a nombre de Ulises Rangel, por favor.
La joven suspiró, tendría que negarse nuevamente y soportar el malhumor de otra persona. A ella no le pagaban lo suficiente por esto.
──Disculpe, señor, los vuelos a Giorgio estarán cancelados hasta dentro de una semana.
El hombre pestañeó confundido un par de veces, ¿había escuchado bien?
──¿Perdone? Creo que no oí bien──dijo.
──Los vuelos están cancelados, señor. Hoy ni mañana saldrán. Lo sentimos mucho──dijo ella intentando calmarse.
Ulises comenzaba a perder los estribos. Y la mujer lo miró esperando lo que vendría.
──¡¿Qué?! Esto no puede estar pasando, señorita, esto debe ser un error, reservé un vuelo para hoy, no pueden ser cancelados de repente.
