𝒫𝓇𝑜𝓁𝑜𝑔𝑜

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(En dado caso de que no hayan leído la descripción en esta historia, se usaran personajes que el fandom ha creado sus aspectos y me basaré en ellos)



¿Y ahora qué?

La felicidad de la muerte de Adán fue muy bien recibida por el infierno, siendo aclamados como héroes festejados en nombre de aquellos demonios que los habían salvado del exterminio y con ello la noticia de la reconstrucción del hotel ahora con la ayuda del presente rey del inframundo.

Pese a eso, había motivos de condolencia hacia el hotel, ya que aquel demonio que habían formado parte de los peleadores que habían defendido el hotel, Sir Pentious había muerto, el gran inventor, arquitecto y antiguo villano, había sido desintegrado gracias al rayo angelical proveniente de Adán.

Contando también con la desaparición de uno de los Overlords más poderosos y temibles de todo el infierno, Alastor o mejor conocido como El Demonio de la Radio, había vuelto a desaparecer después de su ausencia de 7 años.

Se denominó su desaparición gracias a que tiempo después Vox paso a través de los medios el cómo Alastor desaparecía herido frente a Adán, haciendo que aquel poderoso Overlord pierda una pequeña parte de su gran prestigio al mostrar tal debilidad.

Todo eso había pasado en el infierno después de la muerte del líder del exterminio, que pese a todo eso la noticia no tuvo revuelo en el cielo, pese a su muerte no se divulgó la noticia, ya que no se supo sobre la existencia del exterminio, pero sí se dijo que este había ido en una misión mandada por la cabeza de los serafines.

Tiempo después de la reconstrucción de hotel hubo una noticia que fue mandada del cielo directamente a Lucifer, que contarían con su presencia y la de su hija para hablar acerca de lo ocurrido y que esta vez se contaran con presencias más altas a las de Adán.

Con eso dicho, la reunión ocurriría tiempo después de que el mensaje fue enviado a Lucifer, dejándoles una paz para descansar y pasar el tiempo que no había podido tener con su hija después de que la había dejado sola.

Con esto se podía ver a Lucifer, junto a su hija Charlie, frente a aquel gran reloj que marcaba el tiempo del siguiente exterminio.

Lucifer volteó a ver a su hija, que parecía tener la cara llena de nerviosismo, que pese a ya había visitado ese lugar una vez le preocupaba el tener que encontrarse a la cabeza de los serafines.

-Tranquila Charli, todo estará bien-El señor del inframundo empezó a subir las escaleras mientras este le daba vueltas a su bastón cómicamente en busca de quitarle aquel nerviosismo a su hija.

Charlie rio mientras veía el cómo su padre parecía hacer caras cómicas cumpliendo su cometido de quitarle un poco de aquel nerviosismo.

-Gracias papa, pero estaré bien, solo estoy algo nerviosa, es todo-Charlie mostró una de aquellas características sonrisas que motivaban a sus compañeros más de una vez. Lucifer devolvió la sonrisa y empujo la gran puerta dejándole el paso a su hija para después pasar él.

Mientras iban subiendo las escaleras y pasando entre los largos pasillos con aquella decoración dorada, se podía sentir un peso con cada paso que daban y parecía que Lucifer se había dado cuenta de ello, dirigió su mirada a Charli para poder ver en que estado se encontraba ante la presión que se podía sentir en el ambiente.

-Charli...-Parecía que Lucifer se le hacía familiar aquella presencia, más no podía recordar exactamente.

-Papa-Para el señor del inframundo aquella presencia le afectaba un poco, pero al contrario su hija parecía que sentía un pequeño dolor en su pecho como si su alma se estuviera destruyendo levemente.

𝑅𝑒𝒹𝑒𝓃𝒸𝒾𝑜𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora