- No puedo creer que pensé que vos eras diferente. Sos otro pelotudito más al que se le subió la fama a la cabeza y cree que puede hacer lo que quiere. – le grité en la cara llena de rabia –
- Querida, creo que te estás pasando... - soltó la rubia –
- ¡Vos cállate, aprovechada de mierda! – me acerqué a ella con bronca, estaba lista para cualquier pelea-
Dos de la mañana, encerrada en un boliche, el alcohol ya me había hecho efecto y empezaba a ver borroso. En estos momentos, me pregunto, ¿cómo es que llegué a esto...?