Prólogo

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La sociedad es cruel y todos lo saben. Aquellos que exigen que no se meta a todos en una bolsa son exactamente a los que les queda el saco.

En especial cuando vivimos en una sociedad llena de gente extraordinaria y diversa, donde todos destacan. Precisamente por eso los mas normales somos los que más llamamos la atención, de cierto modo.

Al no tener nada nuevo para ofrecer, no es raro que aquellos que fueron bendecidos con un buen don y apariencia nos vean como criaturas insignificantes y débiles, sin voz ni voto.

Mi único crímen fue ser alguien común, con un mal don y un mal cuerpo. ¿En qué momento fue mi culpa?

Los héroes existen para defendernos de los villanos, ¿pero por qué los mismos héroes actúan como villanos? ¿Cómo se supone que protejan a civiles indefensos si ni siquiera son capaces de respetar a sus compañeros?

Solo son farsantes. Son villanos disfrazados de héroes. Si yo no los frenaba, quien sabe, ¿cuántos civiles más habrían sufrido lo mismo que yo?

Sus marcas nunca saldrán de mi cuerpo. Por más que lo intente, sigo viendo sus manos pintadas en mi piel. Están en todas partes. Mi piel perdió su tono natural hace mucho. Veo cada detalle de sus manos.

No sé que es peor. Sus manos en mi piel, o la sangre de ellos en mis manos.

Todo da vueltas.

Escucho como la música se detiene.

Esa estúpida chica...

Tarde o temprano me iban a descubrir, pero no esperé que fuera tan pronto.

Todo está en silencio. Lo único que escucho es como ellos agonizan en frente de mí. Como lo suponía, fueron tan flojos que se confiaron de sus dones. Fue algo satisfactorio ver sus caras al darse cuenta de que yo fuí el que les arrebató la vida.

Ellos hicieron lo mismo. Drenaron toda mi alma. Se lo merecen. Merecen morir.

Aún así, me siento culpable de estar tirando todo mi esfuerzo a la basura solo por un par de imbéciles.

No, es por un bien mayor. Ellos no volverán a dañar a nadie como a mí.

Las luces de colores se apagaron, dando lugar a una luz blanca que me encandila. Parece que evacuaron a todos.

Debo asegurarme de que no puedan salvar a ninguna de estas escorias.

Un pequeño remate... Y listo.

Ya puedo escucharlos gritar mi nombre.

Quiero leer esto en las noticias. No deformé tanto a esos idiotas para que pongan sus nombres en el enlistando de las víctimas.

Espero que no me odien todos. Yo sé que el baile de graduación es algo bastante esperado y especial, pero la culpa la tienen ellos, no yo. Si ellos no fueran así, no estarían muertos.

Es mejor que me vaya ahora. No quiero ir a la cárcel.

¿Se supone que soy un villano ahora? ¿Un antihéroe? ¿Un criminal?

Soy una víctima. Eres una víctima.













































Pito.

Sexo, pudor, lágrimas y muchos huevos | Male oc x Hawks Donde viven las historias. Descúbrelo ahora