Quizás

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Tenía un mal presentimiento.

Uno realmente malo.

No le gustaba que las palabras de la gente lo afectaran, normalmente solo las ignoraba por lo mismo, pero esta vez habían dado en un punto muy débil de él.

Había ido a la oficina de su esposo a debarle el almuerzo que él mismo preparó y se encontró una escena que le desagradó en demasía.

Su esposo estaba junto a una mujer, una omega.

Sonreía tan feliz que le daba miedo interrumpir, estaba tan sumido en sus inseguridades que empezaban a salir a flote que no notó la marca que yacía en el hombro derecho de la omega.

Soltó el almuerzo, importandole poco el gran ruido que ocacionó y corrió mientras lágrimas traicioneras caían de sus ojos, apretandole el pecho, su corazón latiendo frenéticamente mientras lo sentía casi salir de su pecho.

El gran ruido hizo que tanto omega como alfa miraran de dónde provenía y apenas el alfa se acercó, el frasco se le hizo conocido, tenían uno igual en casa.

Entonces una idea se le vino a la mente, su omega había venido.

Su mirada cambió de una confundida a una preocupada rápidamente, ¿Le había pasado algo a su omega? Había dejado caer su almuerzo y no hallaba su presencia en ningún lugar por lo que su preocupación solo aumentaba.

Rápidamente se subió a su auto y manejó a su hogar.

Una vez estacionó se bajó apresurado, luego guardaría el auto, su omega era más importante.

Corrió tropezando con sus propios pies dentro de su casa.

-¿Amor? ¡Amor! ¿Dónde estás? - alterado preguntaba, hasta que unos sollozos detuvieron su caminar.

-¿Bebé? - lentamente se acercó a su habitación, de donde provenían los sollozos.

Entró sin hacer mucho ruido y pudo ver un montón de ropa, había suya y de su omega, era un nido.

Su corazón se oprimio por la escena que presenciaba.

Su omega llorando, con sus ojitos rojitos de tanto llorar dentro de un nido hecho por el mismo con prendas de ambos y soltando pequeños sollozos, casi no pudiendo más por el nudo en su garganta.

Se acercó hasta estar frente al nido, con la mirada pidiendo permiso para entrar.

Su omega asintió en respuesta.

Apenas el permiso le fue concedido rápidamente entró al nido y abrazó a su omega, con mucha fuerza pero sin llegar a lastimarlo.

-¿Amor? ¿Cariño, qué pasó? - la preocupación era lo que predominaba en su tono.

-¿C-con quién e-estabas? - el llanto no le permitía formular bien la oración, pero su alfa logró entenderle.

-¿A qué te refieres? - confusión se instaló en su tono.

-F-fuí a tu oficina y, y estabas con u-una omega. - el alfa lo comprendió rápidamente, sabía de las inseguridades de su precioso esposo, y una de éstas era el ser un omega hombre, debido a que unos malditos empleados que tenía antes lo habían molestado con que él lo iba a dejar por una omega mujer, esto sabiéndolo porque su omega le había contado, obviamente había despedido a esos empleados y les había arruinado su vida laboral.

Comprendiendo el llanto de su omega ahora solo faltaba explicarle la situación.

-Bebé, esa omega era la esposa de mí hermano, Eunwoo. Quizá porque te dió miedo quién era no notaste su hombro, pero tiene una marca con mí hermano, no es nada más que una amiga, hasta conocida se podría decir.

El omega dejó de llorar y lo miró con sus ojos brillosos.

-¿Y por qué sonreias tanto? - no le estaba cuestionando, verdaderamente quería aclarar todo.

-Resulta que está embarazada, y me sentí muy feliz con la noticia de que seré tío, seremos tios amor, esperaba contartelo al llegar. - sonrió con comprensión, entendía perfectamente a su omega, él también tenía inseguridades.

Si su omega sobre pensaba, el le sobre explicaría.

Ya con el malentendido resuelto, la pareja durmió feliz abrazados dentro de su nido, dónde solo podían sentirse el uno al otro.

Nadie más.

Baby ! [Tk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora