Lovely [One Shot's Kimetsu No Yaiba]

✦✧ 𝓜𝓾𝓲𝓬𝓱𝓲𝓻𝓸 𝓣𝓸𝓴𝓲𝓽𝓸 ✧✦

AU: Jóvenes.

          Permanecía confundido e impasible mientras sentía los pequeños y torpes dedos acariciando su cabello suelto, de reojo observaba a aquella niña, aparentaba su misma edad, tal vez menos debido a la delgadez de sus muñecas y su cuerpo pequeño, estaba desnutrida y su nombre le resultaba complicado de recordar. Muichiro no sabía por qué le había permitido que esa niña le seguirá hasta su finca, tampoco entendió por qué la dejó vivir con él, mucho menos porque aceptaba su tacto o sus atenciones.

Desde que ella llegó, la finca ya no se sentía tan desolada, la comía ya no era inerte y sus noches de sueño eran más tranquilas, pese a que la mayor parte de ellas se la pasaba observando como la chica, llamada T/N ahora que lo recordaba, se removía incómoda en el futón junto al suyo, parecía buscar a algo o a alguien, y se calmaba solo cuando se resignaba a tomarle de la mano y percibir como su semblante se relajaba por completo y sus pestañas se balanceaban en cortos temblores. A Muichiro le resulto reconfortante el sentir la menuda mano entrelazar sus dedos con los suyos, como la calidez que transmitía se derramaba lentamente por su sistema hasta descansar en su pecho haciéndolo sentir pesado, real, su pulso se aceleraba paulatinamente mientras su sangre fría se entibiaba con el calor del cariño que T/N le proporcionaba.

Ahora había aceptado su pedido, permanecía impasible en el suelo donde las briznas de césped se agitaban a su lado, el viento fresco acariciaba su rostro y las cálidas manos de T/N, menos delgadas que a comparación del día que la conoció, acariciaban su flequillo y con atrevimiento deslizaba su dedo por su rostro, delineando con inocente curiosidad y un dulce afecto sus facciones, dibujando sus rasgos con una confianza fuera de lugar.

Muichiro no necesito abrir sus ojos para saber que T/N estaba sonriendo jovialmente, con una felicidad que antes sus ojos opacos jamás demostraron, en cambio, con el tiempo sus gemas oscuras se fueron lustrando, convirtiéndose frente a su atención distante en unos hermosos y luminosos espejos de agua donde era reflejado con una dulzura y afecto que le resultaba fascinante de observar y delicioso de recibir. No sabía qué sentimiento era, solo le resultaba pomposo y acaramelado, lo hacía sentir cálido, amado.

Abrió sus ojos, revelando el color menta donde se reflejaba aquella pequeña niña que lo trataba con tanto amor que causaba estragos en su sistema de formas que jamás llegó a concebir. Estiro su mano, engrosada y gastada por el trabajo duro con la espada mientras rozaba su mejilla, con más confianza tocaba su rostro mientras las ásperas yemas de sus dedos acariciaban su piel y los surcos de su semblante, deseando que su cuerpo memorizara a T/N a sabiendas de que su mente era demasiado frágil para ser confiable. Muichiro se concentraba día a día en repetir la misma rutina donde sus manos acariciaban con suma delicadeza y lentitud el rostro juvenil de la niña, disfrutando de la textura de su rostro, del picor de sus pestañas y del suave vello que poseía su piel.

Si Muichiro llegaba a cerrar sus ojos, reconocería con facilidad a T/N, porque ella era única en su pequeño mundo, la única en quien se esforzó en recordar de cualquier forma, desde el sonido de sus pasos nerviosos hasta el olor de su sudor durante el verano al hacer los quehaceres del hogar, del timbre cantarín de su voz que le daba alas a su corazón.

Muichiro admiro con un sentimiento que no pudo descifrar a T/N, suspirando su olor mezclado con el aroma natural de la naturaleza veraniega y la hierba fresca, buscándolo como una droga en cualquier lugar donde fuera a sabiendas de que solo ella poseía aquel perfume que lo calmaba porque le recordaba a su hogar, a su actual lugar llamado hogar donde se podía refugiar sin necesidad alguna de palabras para recibir lo que sea que necesitará, donde se podía fundir en un abrazo con seguridad a sabiendas de que sería envuelto, a salvo.

Era la nueva razón para pelear, para traer un mundo donde estaría segura y a salvo, donde no temiera que saliera de la finca por las noches. Su motivación para no soltar el mango de la espada, aunque sus manos sangraran, porque ese dolor valía la pena por ella, además de saber que sería curado con ternura. 

—T/N —murmuró con voz pastosa, sus manos ásperas tanteando el inicio del cabello de la dama.

—Dime.

—No quiero olvidarte nunca —susurró al tomar su mano y besar su palma—. Tú tampoco me olvides.

¡Espero que disfrutaran de su lectura!

✦✧ 𝑃𝑒𝑑𝑖𝑑𝑜 𝘩𝑒𝑐𝘩𝑜 𝑝𝑜𝑟: @Kanori_Chan_UwU ✧✦

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(17/02/24)