9 𝑀𝑒𝑠𝑒𝑠 [𝙷𝚒𝚕𝚜𝚘𝚗] •|Omegaverse|•

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"Primer Mes" (primera parte)

James Wilson se despertó sobresaltado por los ruidos que provenían del baño de la habitación. Frotándose los ojos con cansancio, buscó su celular en la mesa de noche para verificar la hora: cuatro de la mañana. Un suspiro escapó de sus labios mientras se sentaba en la cama y se cubría el rostro con ambas manos. Los sonidos de arcadas y vómitos indicaban que su pareja estaba luchando contra las náuseas matutinas, un síntoma común del embarazo.

— ¿Otra vez? —murmuró para sí mismo, sintiendo el peso del agotamiento acumulado por su jornada laboral extendida. A pesar de su cansancio, sabía que no volvería a conciliar el sueño fácilmente con los sonidos provenientes del baño. Estaban apenas en el primer mes de gestación, y la perspectiva de meses más de náuseas y malestar matutino lo llenaba de preocupación y empatía por su esposo.

Deslizó los pies fuera de la cama y se puso de pie con pesadez, el suelo frío bajo sus pies desnudos. Se dirigió hacia la puerta del baño, deteniéndose un momento para prepararse mentalmente para lo que encontraría al abrir la puerta. Con un suspiro resignado, giró el pomo y entró en la habitación iluminada por la tenue luz del amanecer filtrándose por la ventana.

Dentro del baño, Gregory House se encontraba arrodillado frente al inodoro, con la frente perlada de sudor y el rostro pálido por el malestar. Sus arcadas resonaban en la habitación, acompañadas por el sonido desagradable del vómito golpeando el agua del retrete. A pesar de la situación, su expresión mantenía esa mezcla característica de terquedad y resignación que Wilson había aprendido a reconocer a lo largo de los años.

— Estás bien, Greg? —preguntó Wilson con voz suave, acercándose para colocar una mano reconfortante en el hombro de su esposo. House asintió débilmente, sin levantar la vista del interior del inodoro.

— Es solo... una de esas mañanas —respondió entre arcadas, su tono sarcástico apenas amortiguado por el malestar. Wilson le ofreció una sonrisa comprensiva, sabiendo que no había mucho más que pudiera hacer para aliviar el malestar de su pareja.

— ¿Necesitas algo? ¿Agua, una toalla? —ofreció, sintiendo la impotencia de no poder hacer más para ayudar. House negó con la cabeza, aún sin levantar la vista.

— Estoy bien, Jimmy. Solo déjame aquí un momento —murmuró, su voz apagada por el esfuerzo de contener las arcadas. Wilson asintió, deseando poder hacer más para aliviar el malestar de su esposo.

— Te espero afuera —dijo suavemente, antes de salir del baño y cerrar la puerta tras de sí. Se apoyó contra la pared, sintiendo el peso del agotamiento acumulado en sus huesos mientras esperaba a que House terminara de lidiar con las náuseas.

La vida con un Omega embarazado no sería fácil, eso lo sabía. Pero con el amor y el apoyo mutuo que compartían, Wilson estaba seguro de que podrían superar cualquier desafío que se les presentara en el camino hacia la paternidad.

Mientras el oncólogo esperaba afuera del baño, Gregory dio una arcada pero no vomitó. Suspiró con cansancio antes de sentarse en el piso frío del baño, pasando su mano con ternura por su barriga dónde su cachorro se gestaba. Una mueca de desagrado se formó en su rostro al percibir el olor nauseabundo del vómito en el retrete. Había olvidado bajar la palanca, y además necesitaba enjuagarse la boca y beber un poco de agua. El bebé, apenas un embrión del tamaño de una semilla de ajonjolí, ya estaba causando estragos en su cuerpo a pesar de que solo tenía un mes de gestación.

— ¿Greg? —llamó Wilson desde fuera del baño, preocupado por el prolongado silencio— ¿Todo está bien?

House asintió con la cabeza, aunque sabía que su esposo no podía verlo— Sí, solo necesito un momento más —respondió, intentando mantener la compostura a pesar del malestar que lo embargaba. Se levantó con cuidado del suelo y se acercó al lavamanos, sintiendo la necesidad urgente de refrescarse y limpiarse.