Capítulo 2: "El colegio"

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      Nick, no le quedó más otra opción que pararse con el sonido del sur musica de su teléfono, y se levantó de la cama. Era su primer día de clases en su nuevo colegio, y estaba nervioso. No sabía qué esperar, ni cómo sería recibido. Nick nunca había ido a un colegio asi, siempre había estudiado en casa, con su madre o con algún tutor. Su padre no quería que se mezclara con otros niños, que se distrajera, que se olvidara de su ley. Su padre quería que se concentrara en su entrenamiento, en su aprendizaje, en su destino. Nick no quería eso, Nick quería ser un chico normal, que pudiera ir al colegio, hacer amigos, divertirse.

      ¿Sería eso posible en su nuevo colegio?

      Nick se vistió con el uniforme que le habían dado, una camisa negra, una corbata azul, un pantalón gris, y unos zapatos negros. Se miró al espejo, y se sintió extraño. No estaba acostumbrado a vestirse así, ni a seguir unas normas. Nick siempre había sido libre, independiente, rebelde. Nick no le gustaba que le dijeran qué hacer, ni cómo hacerlo. Nick prefería hacer las cosas a su manera, a su ritmo, a su estilo. ¿Sería eso posible en su nuevo colegio?

       Nick salió de su habitación, y bajo las escaleras, se encontró con su madre en la cocina. Ella le sonrió, y le dio un abrazo.

      -¿Cómo te sientes? ¿Estás listo para tu primer día de clases?

-Mamá. Estoy bien. Sí, estoy listo -dijo Nick, tratando de sonar convincente.

-Te he preparado el desayuno, y también el almuerzo. Te he hecho tu comida favorita, unos sándwiches de queso y jamón, y unas galletas de chocolate. Espero que te gusten.

-Gracias, mamá. Eres la mejor -dijo Nick, agradecido.

-No hay de qué, Nick. Es lo menos que puedo hacer por ti. Sé que este cambio no ha sido fácil para ti, que has dejado muchas cosas atrás, que tienes muchas dudas, muchos miedos. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, que te apoyo, que te quiero. Y que estoy segura de que te va a ir muy bien en tu nuevo colegio, que vas a hacer muchos amigos, que vas a aprender muchas cosas, que vas a ser feliz.

-Gracias, mamá. Te quiero mucho -dijo Nick, emocionado.

Nick y su madre desayunaron juntos, y luego salieron de su apartamento. Su madre tenía que ir a la universidad, donde trabajaba como profesora de español. Nick tenía que ir al colegio, donde estudiaba como alumno de secundaria. Su madre le dio un beso, y le deseó buena suerte.

-Nos vemos esta tarde, Nick. Que tengas un buen día.

-Igualmente, mamá. Que te vaya bien.

Nick y su madre se separaron, y cada uno tomó un autobús diferente. Nick miró por la ventana, y vio la ciudad pasar. Era una ciudad grande, moderna, vibrante. Había edificios altos, calles anchas, parques verdes. Había gente de todo tipo, de todo color, de todo idioma. Había carteles, anuncios, letreros. Había música, ruido, movimiento. Era una ciudad que lo tenía todo, una ciudad que lo ofrecía todo, una ciudad que lo esperaba todo. Nick se preguntó si en esa ciudad encontraría su lugar, si en esa ciudad encajaría, si en esa ciudad sería feliz.

Nick llegando al colegio, y se bajó del autobús. Miró el edificio, grande, con un letrero que decía "Colegio MVY". Respiró hondo, y se dirigió a la entrada. En el camino, se cruzó con varios muchachos, que lo miraban con curiosidad y susurraban entre ellos.

- Mira el nuevo, el nuevo. - dijo uno.
- ¿De dónde habrá salido? - preguntó otro.
- Parece lindo, con ese uniforme. - se burló otro.

Nick los ignoró, y siguió caminando. No quería problemas, ni llamar la atención. Solo quería pasar desapercibido, y sobrevivir a su primer día. Entró al colegio, y buscó su salón. Le habían asignado el 10-B, en el segundo piso. Subió las escaleras, y encontró la puerta. Entró, y se sentó en un pupitre vacío al fondo. El salón estaba lleno de otros alumnos, que hablaban y reían. Nadie le prestó atención a Nick, excepto una chica que estaba sentada al frente, y que lo miró con una sonrisa.

Sombras en la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora