"Esos pequeños imbéciles se están poniendo valientes." Wakasa golpeó su puño contra la mesa de café, las piezas del rompecabezas y el corazón de Takemichi dio un vuelco. "No intenté allanamiento de morada hasta el noveno grado".
¡Eso no es mejor! Takemichi chilló internamente, ninguno de ustedes ya tiene sentido.
"No puedo creer que Keisuke intentara robar". Shinichiro gimió como una anciana rica cuyo hijo se fugó con un campesino huérfano: "¡ Robar! ¡¿Qué diría su madre?!"
"No lo entiendo." Takemichi pasó los últimos dos días con los Dragones Negros revoloteando sobre su hombro, le tomaban la temperatura cada hora, le llevaban comida y prometían "manejarse" de Kazutora y Baji, "¿Por qué no puedo decidir qué pasa con esos dos?" preguntó: "Es mi muñeca la que me rompieron".
"Y fue en mi tienda donde irrumpieron y yo digo que no te acerques a ellos".
"¿Qué van a hacer? ¿Romperme las piernas?" Takemichi esperaba que Shinichiro se diera cuenta de lo estúpido que suena, "Lo siento, pero no puedo confiar en que ustedes sean razonables, ¿qué planean hacer? ¿Golpearlos?"
"¡No!" Dijo Shinichiro mientras Benkei y Wakasa dejaban escapar un rotundo "Sí".
Takemichi miró a Takeomi, el único que realmente le ayudaba con su rompecabezas. El hombre armó cada pieza con cuidado mientras evitaba la mirada del menor. Eso no servirá.
Su sospecha apenas velada impulsó a Takemichi a burlarse de él.
"¿Importa?"
"¿Eh?" dijeron ambos en sincronía. Takemichi se maravilló de lo afinados que estaban.
"Ambos dijeron que aceptarían cualquier castigo". Él sonrió: "Así que no importa adónde vayamos". Takemichi siguió caminando, "Por supuesto, si estás rompiendo tu promesa, eso es algo diferente".
"No lo estaba." Baji dejó escapar un sonido entre un gruñido y un jadeo ofendido, parecía un gatito enojado con sus afilados caninos y su esponjoso cabello negro que pedía ser alborotado, "Puedes hacer lo peor, nosotros nos encargaremos".
"¡Excelente!" Takemichi se rió, "Porque estamos aquí". Señaló el gran edificio detrás de él, "¿Quieres entrar?"
Los miembros de Toman no se molestaron en leer el letrero, irrumpieron escudriñando el limpio patio delantero medio esperando que alguien saltara y los atacara.
"Entremos." Takemichi los llevó a una habitación decorada con buen gusto, con arte moderno y lindos cuadros de animales colgados en las paredes color crema. Una mujer de pelo corto los recibió en la recepción.
"Llegas temprano". Ella sonrió a los chicos más jóvenes detrás de él, "¿Son estos nuestros nuevos voluntarios?"
"Sí, estos son Baji Keisuke y Hanemiya Kazutora, me ayudarán al menos hasta que termine esto". Hizo un gesto hacia su yeso.
"Ey." Baji tiró de su manga, "¿Qué está pasando ahora?"
"Esta es Satomi-san, mi vecina". Explicó: "Ella dirige este refugio de animales. Ustedes dos estarán ayudando en mi lugar por un tiempo".
"Este es nuestro castigo". -Preguntó Kazutora.
"Sí. ¿Pensaste que te estaba llevando a que te atacaran?" Se rió de sus caras rojas.
"No te preocupes, Satomi-san te mostrará todo." Señaló en la dirección general de la mujer mientras se dirigía hacia la salida: "Ya me voy. Te recogeré a la hora del almuerzo". Gritó, ya a un pie de la puerta. Ignoró a los chicos que lo llamaban y sonrió para sí mismo.
