-Tn y Elaina estaban sobrevolando un bosque, hasta que localizaron un pueblo donde podrían quedarse a descansar.-
Elaina: ¿Crees que nos dejen quedarnos?
Tn: Si no llamamos mucho la atención, sí.
-Ambos chicos aterrizan cerca del pueblo, y al entrar, los aldeanos los miran con curiosidad.-
Tn: Muy tarde.
Mujer: Nina, ¿eres tú, Nina?
Elaina: ¿Quién?
Mujer: Lo siento, es que te pareces a una chica que antes vivía aquí.
Elaina: ¿Se fue de viaje?
Mujer: Falleció hace unos meses.
Tn: Mi más sentido pésame.
Mujer: Disculpe, señorita. Si no es mucho pedir, ¿podría actuar como Nina durante unas horas?
Elaina: ¿Por qué haría eso?
Mujer: Verás, Abel era el esposo de Nina, está muy enfermo y no le queda mucho tiempo. Ya hasta está empezando a alucinar que la ve todos los días. ¿Creen que podrías darle una visita?
Elaina: Hummm...
Tn: Es tu decisión.
Elaina: Está bien, pero solo si mi compañero puede venir.
-Los ciudadanos visten a Elaina como Nina y la llevan a la habitación de Abel.-
Mujer: Abel, adivina quién vino a visitarte.
-Elaina ingresa vestida de Nina.-
Elaina: Hola... querido, ¿cómo te sientes?
Mujer: Los dejaré solos.
-Tn estaba en la puerta actuando como el padre de Nina.-
Tn: Oh, mi querido yerno, ¿cómo te sientes el día de hoy?
Abel: Por favor, pueden dejar de fingir, sé que no eres Nina, y tú eres muy joven para ser su padre.
Tn: Bueno, se arruinó.
Elaina: Lo sentimos, la gente del pueblo nos, bueno, me pidieron que hiciera esto por ti.
Tn: Porque ya estabas tan mal que alucinabas con tu esposa muerta.
Abel: Ja, ja, ja, no, no es alucinación, aunque no los culpo, dudo que me crean. Verán...
-Abel se acerca a su mesita de noche, de la cual saca una pequeña piedra de color oscuro.-
Abel: Esta piedra mágica es la que me permite ver a Nina.
Tn: ¿Te importaría probarla? -Dice interesado en la piedra.
Abel: Nina, aparece, por favor.
-Apenas Abel toma la piedra, la figura de una mujer similar a Elaina apareció frente a Abel y comenzó a bailar.-