-¿Por qué tienes que ser así, Dexter?
-Es como soy en realidad.
-No, no es cierto. Sé cómo eres, y así no eres tú. Eres horrible ahora, Dexter. Eres desagradable. Siempre lo fuiste un poco, de vez en cuando. También un poco engreído. Pero eras divertido también. Y gentil, y te interesabas en alguien más que en ti mismo.
-Yo solo me divierto.
-Yo... yo sé que estos años fueron difíciles con tu mamá. Intento entenderlo. De verdad, lo intento. Pero no eres la persona que conocí. No somos amigos, Dex, reconócelo. Siempre cancelas o pospones.
-Y tú también.
-Pero hoy había algo que necesitaba contarte sobre Ian y yo. Pero ya no puedo hablar contigo, y, si no puedo, ¿cuál es el punto de esto? Tal vez se terminó.
-¿Qué se terminó?
-Esto. Nuestra amistad. Tú mismo dijiste que lo importante es no ponerse sentimental. ¿Qué importa un amigo menos?
-No estaba hablando de los dos. Somos Dexter y Em, ¿no es así?
-Solías hacerme sentir bien conmigo misma. Pero ahora me haces sentir como mierda. Como si fuera tonta, poco interesada, poco ambiciosa.
-Eso no es verdad.
-Perfecto, porque es una estupidez. No soy tonta, soy interesante y ambiciosa. De hecho, soy genial, y tú también solías pensarlo. Pero si ya no es así, bien. Yo no estoy dispuesta a que solo me veas por lástima, como si quisieras estar siempre en otro lugar, con alguien más.
