Capítulo 12. Un secreto escondido

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De vuelta al presente

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Después de contarle todo lo que sucedió a Seth, este se conmueve.

—Takeo, yo... lo siento mucho.

Lágrimas salen de tus ojos, y lo abrazas.

—Yo... pude haber hecho algo por ayudarla. Pero no fue así.

Seth acaricia tu rostro y te da un beso en la frente.

—Tranquilo, al menos esos tipos tuvieron su merecido.

—Sí, es verdad.

—Entonces... ¿tú amabas a esa chica?

—B-Bueno... nunca llegué a pensar si sentía amor por ella. Pero sí la quise mucho. Si no hubiera sido tan cobarde e inseguro, tal vez las cosas hubieran cambiado para los dos.

—Oh, entiendo.—Ves en su expresión una tristeza que te hace sentir medio culpable.

—Seth... No quiero que te sientas mal por eso.

Seth llora un poco, pero trata de sonreír.

—Está bien, no importa. Si te hubieras quedado con ella tal vez nunca te habría conocido. A lo mejor me hubiese enamorado de alguien más o me hubiese quedado solo para siempre.

—No digas eso, no vas a quedarte solo.

—Yo creo que sí, nadie querría estar con un estúpido blanco.

—Seth... No vuelvas a decir algo así.

—Yo... solo estoy siendo realista. Prueba de ello es que nunca sentí algo como el amor hasta que te conocí.

Lo miras apenado.

—Lo único que conozco son las balas y la lucha por sobrevivir.

—¿Cómo? ¿A qué te refieres?

—Eeeh... nada, no es nada. Mejor me voy a dormir.

—Seth, espera...

Seth se va a acostarse en su cama, y te preocupas por lo último que acaba de decir.

—Seth... Acaso... ¿él creció en un barrio peligroso?

.

.

Días después, empieza la semana de exámenes finales.

Ves que Seth está algo cabizbajo y decides animarlo un poco.

—Seth... Seth...

Él se voltea de mala gana, y con algo de sueño.

—¿Ahora qué quieres?

—Vamos, no actúes así. Mírame un rato, ¿sí?

—Mmm... ¿a qué estás jugando?

 ¿a qué estás jugando?

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Mi eterno rivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora